Un informe municipal prevé "graves" daños en el entorno del río por la obra de la M-30

Un informe medioambiental encargado por el gobierno municipal hace unos meses y hecho público ayer por el PSOE augura que las obras de soterramiento de un tramo de la M-30 bajo la ribera del Manzanares tendrán efectos negativos "graves" sobre el "patrimonio arqueológico, paleontológico y monumental de la zona". Entre otras cosas, el estudio teme que "movimientos de tierra incontrolables" pongan en "peligro" los puentes de Segovia y de Toledo. El PSOE cree que, con esta información, sería una "insensatez" iniciar las obras sin tener antes una declaración de impacto ambiental. La Concejalía de Urbanismo replica que el proyecto aún no es definitivo y que ha previsto todas las medidas correctoras para proteger ese entorno.

El estudio, que tiene más de 350 páginas y ha costado 12.000 euros, fue realizado por la empresa Evaluación Ambiental a petición de la Concejalía de Urbanismo en una fecha indeterminada (la concejalía la desconoce) antes del 31 de octubre pasado. Ese día, el Ayuntamiento presentó el informe ante la Comunidad de Madrid acompañándolo de una petición para que la obra de soterramiento de la M-30 en el tramo comprendido entre la avenida del Marqués de Monistrol y el nudo sur sea eximida de la obligación de realizar una declaración de impacto ambiental.

"Lo hicimos para que la Comunidad viese que lo tenemos todo previsto, incluidas las medidas correctoras para proteger el medio ambiente. Porque, además, la M-30 será muy pronto una vía urbana más [cuando el Ministerio de Fomento traspase su titularidad] y ya no necesitará, en ningún caso, declaraciones de impacto", afirma Pío García-Escudero, concejal de Urbanismo. Pero el edil socialista Félix Arias cree que esas medidas correctoras no son suficientes: "Las afecciones de las que habla el estudio son de tal calibre que requieren el trámite de la declaración de impacto: un texto elaborado por Medio Ambiente, con un periodo de información pública en el que todo el mundo pueda opinar y presentar alternativas... En fin, menos prisas", dice Arias.

La conclusión del estudio elaborado por Evaluación Ambiental es que la obra de la M-30 podría tener efectos muy perjudiciales sobre el patrimonio histórico y arqueológico del "valle del Manzanares", y producirá, además, importantes emisiones de gases contaminantes. Por contra, rebajará el nivel de ruido, no afectará a la flora y será beneficioso para la fauna.

- Yacimientos y puentes, "en peligro". "El soterramiento de la M-30 supone una evidente afección grave al patrimonio arqueológico, paleontológico y monumental del valle del Manzanares, zona que goza de protección máxima como bien de interés cultural", recuerda el estudio, y subraya hasta tres veces la "gravedad" de los posibles daños. Los técnicos creen que los márgenes del río ocultan una "elevada concentración de yacimientos arqueológicos y paleontológicos que configuran la zona como la más densa en Europa en lo que a este tipo de enclaves se refiere". Explican, además, que las obras pueden generar "movimientos de tierra difícilmente controlables" que causarían "la exhumación de restos y su posible destrucción".

Algo parecido sucede con el puente de Segovia y el de Toledo, también declarados bien de interés cultural (el máximo nivel de protección que se puede dar a un monumento): "Cualquier desmantelamiento de la M-30 en las inmediaciones puede suponer un grave peligro. La excavación puede provocar movimientos indeseados en estos monumentos, con el consiguiente descabalgamiento y peligro para los mismos", precisan los peritos contratados por el gobierno del Ayuntamiento.

Por todo ello, Evaluación Ambiental propone una serie de "condicionantes" para la obra: excavar catas de sondeo previas al inicio de los trabajos, poner especial cuidado en la detección de restos arqueológicos y permitir la "estricta supervisión por parte de arqueólogos y paleontólogos". Los puentes "se cubrirán para impedir el depósito de polvo y partículas, y se instalarán medidores y balizas para detectar posibles movimientos [bajo sus cimientos]".

- Más contaminación atmosférica, menos ruido. "Las emisiones de los gases [contaminantes, fundamentalmente dióxido de carbono] aumentarán aproximadamente un 8,3% después de las obras [en comparación con el momento actual]", admite el informe. La prevista colocación de rejillas de ventilación cada 300 metros para expulsar el humo de los coches que circulen bajo tierra producirá "una alta concentración de gases sobre las viviendas más próximas a las galerías", aunque, por otra parte, "se rebajarán los niveles en los tramos comprendidos entre los focos [entre rejilla y rejilla]".

Las obras en sí mismas generarán mucho ruido, pero, una vez terminadas, se reducirá la contaminación acústica, según el texto: ahora, 24.600 habitantes sufren niveles de ruido considerados excesivos por el Ayuntamiento; después serán 18.300 personas. Eso sí, los técnicos prevén más ruido que el actual en "la zona exterior a la actuación", por el incremento de tráfico que sufrirá la M-30.

- Un "corredor ecológico". El informe ambiental no sólo contiene malos augurios: los peritos esperan que al enterrarse la M-30 se cree un importante "corredor ecológico en el Manzanares". Señalan que las potenciales afecciones de la obra sobre la flora serían mínimas y que, por contra, la fauna se verá "favorecida notablemente" cuando la reforma esté terminada.