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Cuatro millones de metros cúbicos de tierra removida

El informe elaborado por la empresa Evaluación Ambiental para sustentar la petición de exención de declaración de impacto que hizo el Ayuntamiento a la Comunidad el pasado 31 de octubre incluye un documento de 21 páginas titulado Directrices del proyecto. Se trata del proyecto de obra inicial (no definitivo, porque ése está aún en elaboración) en el que se describe cómo se enterrará la M-30 bajo el Manzanares: los coches pasarán de circular pegados al río a hacerlo a unos cuantos metros de profundidad bajo sus orillas (no bajo el propio cauce, como se proyectó en un principio), y los dos o tres carriles actuales se ampliarán a tres o cuatro por sentido.

Las obras generarán, según este estudio inicial, un movimiento de tierras de 3,7 millones de metros cúbicos, resultado de excavar un túnel de casi seis kilómetros entre la avenida del Marqués de Monistrol, en el límite de la Casa de Campo, y el nudo sur. Una gigantesca montaña de escombros cuyo destino aún no está decidido.

No se utilizarán tuneladoras, sino un método de excavación llamado cut and cover (cortar y cubrir) que consiste en lo siguiente: los obreros construyen unas grandes pantallas (las paredes del túnel), excavan la calzada entre ambas a un metro o menos de profundidad y, después de desviar el tráfico, levantan una losa que será más tarde el techo del túnel. Luego reconducen el tráfico por encima de la losa y siguen trabajando por debajo, excavando hasta abrir el hueco del túnel y construyendo otra losa, el suelo por el que circularán los coches bajo tierra.

El túnel discurrirá muy cerca de la superficie en todo el tramo excepto, probablemente, en una zona por el norte hasta el puente de Segovia, en la que la existencia de las líneas 6 y 10 de metro obliga a excavar hasta más de 25 metros de profundidad. El concejal socialista Félix Arias teme que esas pantallas tan profundas rompan "el régimen de aguas subterráneas del Manzanares", y advierte de que los muros del túnel estarán a menos de siete metros de los sótanos de muchas viviendas.

Acabar con los vertidos

Una de las obras complementarias que incluye el proyecto de soterramiento de la M-30 es la renovación de los dos grandes colectores de agua que, alimentados por el resto de colectores de esa zona de la ciudad, discurren a lo largo de los márgenes del río cargados de aguas residuales. Según explican desde el Ayuntamiento, cuando llueve mucho, los colectores rebosan y las aguas fecales van a parar al Manzanares a través de unos aliviaderos.

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El proyecto es acabar con esos vertidos ensanchando los colectores y limitando los aliviaderos. El PSOE se pregunta qué pasaría entonces si una crecida de agua colapsa los colectores sin posibilidad de que el río sirva de inodoro natural.

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