Aznar inaugura dos autopistas de peaje y un tramo de la M-50 en Madrid

El presidente del Gobierno, José María Aznar, inauguró ayer dos autopistas de peaje en Madrid: la Radial 3 (R-3), paralela a la carretera de Valencia, y la Radial 5 (R-5), paralela a la autovía de Extremadura. También cortó la cinta de un nuevo tramo de la vía de circunvalación M-50, esta última gratuita.

La semana pasada, el jefe del Ejecutivo inauguró las nuevas terminales y dos pistas del aeropuerto de Barajas, pese a que las terminales no funcionarán hasta dentro de un año. Esta fiebre inauguradora se produce a menos de un mes de las elecciones. El presidente auguró "un antes y un después", de estas infraestructuras en España, ya que la convertirán en "un país muchísimo más moderno, competitivo y abierto".

Las dos radiales tienen una longitud conjunta de 61,4 kilómetros, mientras que el tramo de la M-50 es de 12,8 kilómetros. Las nuevas carreteras han supuesto una inversión de 852 millones de euros a cargo de la empresa concesionaria Accesos de Madrid (formada por la Empresa Nacional de Autopistas, Cajamadrid y varias empresas constructoras). Durante los próximos 50 años, esta empresa explotará y mantendrá estas infraestructuras.

PSOE e IU señalaron que las autopistas de peaje "son injustas", ya que se "está cobrando a los madrileños por ir al trabajo". Ecologistas y sindicatos añadieron que tampoco servirán para descongestionar el ingente tráfico que accede o sale de la capital. Señalan que solo retrasará "el atasco" hasta la M-40 y se quejan que se "vuelva a fomentar el uso del transporte privado en detrimento del transporte público".

Dos años de retraso en la construcción de las dos vías de peaje, cuatro operarios muertos en accidente en la R-5 y un túnel derrumbado durante la construcción de la M-50 son parte del balance de las nuevas autopistas. El distrito madrileño de Vicálvaro se ha quedado prácticamente aislado por un tramo de la R-5, que ha dejado sin acceso al centro a los 57.000 vecinos del barrio.