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Aulas

Aires estudiantiles llegan a Las Letanías

La Olavide crea una residencia en el conflictivo barrio del Polígono Sur sevillano

Falta un mes para que los vecinos del barrio sevillano de las Letanías, en el Polígono Sur, reciban nuevos inquilinos. Ayer se medían las esquinas de los cuartos que van a albergar a los universitarios que a partir de la última semana de marzo vivirán en la Residencia Flora Tristán. Los muebles están en camino, como los estudiantes. En principio son 30 que llegan de universidades de Latinoamérica, Europa, Madrid, Barcelona y de las dos sevillanas.

Últimos retoques de un proyecto que nació en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, que siguió el ejemplo del Colegio Mayor de Lacoma en Valencia, en donde universitarios se mezclaron con la población más marginal hace diez años y que sigue funcionando. El proyecto andaluz ilusiona tanto a los profesores que lo han puesto en marcha, Ana Gómez entre ellos, como a los vecinos de esta barriada acostumbrada a que sólo salgan de ella historias negras.

"Ya era hora de que entrara aire fresco y si es bueno, mejor", señalaba ayer José Sánchez, de 64 años, un vecino de la zona. Junto a él uno de los ocho vigilantes que cuenta el centro universitario, Domingo Benítez, comentaba que "todo el mundo" estaba esperando a los universitarios. Algunos posaban para una fotografía delante uno de los portales en los que vivirán dentro de 30 días. Un edificio moderno, con garaje y cuya apariencia exterior no contrasta con los que hay alrededor. "Tenemos muchas ganas de entrar a vivir, es una oportunidad de trabajar codo con codo con los vecinos y dar un toque de normalidad, es un voto de confianza a un barrio que está deprimido", señala uno de los futuros inquilinos, Gabriel Benítez de 30 años, licenciado en Historia y estudiante de Educación Social.

Su futuro compañero de piso, Alfonso Blázquez, de 26 años, va a pasar de vivir con sus padres en el centro de Sevilla a alquilar una casa en este barrio. "Mi madre está preocupada, es lógico pues es la primera vez que salgo de casa y donde voy no es lo más habitual", comentaba. Rocío Olivares, estudiante de 18 años, señalaba que posponía la experiencia hasta el próximo curso. "En mi casa y entre mucha gente hay prejuicios porque ir a vivir a las Tres Mil Viviendas suena raro aunque para mí va a ser una experiencia única. Voy a ver cómo funciona todo y en septiembre me gustaría venir".

De momento, 30 estudiantes ocuparán un portal, en el llamado "proyecto piloto". Lo que van a encontrar es una residencia en un barrio marginal aunque bien comunicado. La Residencia Flora Tristán se divide en siete portales, cada uno con cuatro plantas. El precio del alquiler será de 90 euros al mes por alumno más gastos de comunidad y habrá estudiantes que reciban becas en función de su implicación con los habitantes del Polígono Sur sevillano.

Uno de ellos, Rafael el eléctrico, que da clase de baile flamenco a niños en uno de los centros sociales de la barriada, señalaba con guasa que con los estudiantes, "algo bueno se nos pegará". También veían bien la Residencia los dueños de los bares de los alrededores que saludaban a los estudiantes como "los niños de la Olavide".

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