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La nueva gestión de la acogida de menores causa malestar en las familias

Malestar con Bienestar Social porque el nuevo sistema complica todas las gestiones

"Hay más de 300 menores en situación de poder ser acogidos, hay familias que llaman a la consejería para informarse de cómo pueden atenderlos y pese a ello desde Bienestar Social sólo dicen que hay que seguir esperando". Este es uno de los efectos del cambio de modelo de la acogida de menores que ha impulsado la Consejería de Bienestar Social, como apunta una empleada de las entidades que se habían ocupado de gestionar el programa la última década y que resume el malestar existente en el sector, un malestar que se extiende a las familias y los trabajadores.

"Los técnicos de la consejería sólo saben que trabajan con expedientes"

"Esto es excepcional; sindicatos, empresarios y trabajadores estamos todos de acuerdo en que es un mal modelo", destacaban en una reciente asamblea las partes implicadas. Y es que las familias con chavales también están indignadas. "Desde el 31 de diciembre no hay seguimiento personalizado de los niños", apuntaba una de ellas. "Antes te llamaban y se sabían el nombre y apellidos, las características del chaval, sus problemas, los de su familia biológica, sabían de quién hablaban, no como ahora. Los técnicos de la consejería sólo saben que trabajan con expedientes".

Los problemas creados con el acogimiento tienen origen, en opinión de las familias, las entidades, los trabajadores y los sindicatos, en el nuevo modelo que, señalan, ha impuesto Bienestar Social sin consultar con ellos y basado en la reducción de gastos mediante el recurso a la fórmula del concurso. Hasta este año, las tres partes en las que se dividía la atención relacionada con la acogida -fomento y difusión del programa, formación de las familias; y seguimiento y asistencia técnica de los chavales y acogedores- ya no las realizará una misma entidad. Desde ahora, el primer segmento lo podrán realizar entidades privadas sin ánimo de lucro mediante subvenciones. El segundo, la formación de familias, será responsabilidad de la Consejería de Bienestar Social con el personal propio de sus direcciones generales; mientras que el tercero, el seguimiento y la asistencia técnica la podrán desempeñar entidades sin ánimo de lucro pero presentando una oferta al concurso público que se ha convocado para cubrir este servicio. Para el sector esto supone varios problemas. El primero es el "troceamiento" de parcelas que, entienden , deben estar íntimamente ligadas, ya que no tiene sentido que unos formen y otros sigan a estas mismas personas, pudiendo hacer esto las mismas entidades que dan la garantía de un seguimiento sin compartimentos estancos. Pero no es éste el único problema. Critican que este cambio se haya hecho "sin diálogo y unilateralmente" y, además, basado en concursos en lugar de convenios plurianuales.

Formentar la competencia entre entidades para rebajar el coste en servicios que deben ser muy rigurosos en la calidad que prestan al tratarse de la asistencia a personas, familias y menores, y que, en el caso de los chavales, están en una situación delicada, es un factor que puede provocar un descenso de la calidad de la atención, según denuncian. Las entidades apuntan que su concepto de responsabilidad en el ámbito social "no es el de convertirnos en meros pujadores compitiendo por la consecución de un contrato".

Ante este cambio que consideran nocivo, la mayoría de las entidades que prestaban el servicio hasta el momento -un total de seis de las ocho existentes- han preferido no optar al concurso. El resultado de todo ello es que el 31 de diciembre las familias se han quedado sin técnico de referencia que siga a los chavales hasta que se resuelva el concurso.

La visión de la Consejera de Bienestar Social es radicalmente distinta. En respuesta a las reclamaciones de las entidades y las familias acogedoras, Alicia de Miguel apuntó que el nuevo modelo "va a mejorar tanto la asistencia al menor como a la familia" ya que "fueron los propios técnicos de la consejería quienes dijeron que se trataba de un paso muy importante". La responsable del departamento comentó que se ha sacado a concurso público esta gestión "para que sólo puedan optar entidades sin ánimo de lucro" entre las que "hay, de momento, seis". De Miguel comentó la presentación al concurso de asociaciones "con proyectos magníficos" permitirá "que las cosas cambien y que los niños estén en las mejores familias de acogida". La consejera apuntó que "si hay alguna asociación que no le viene bien nosotros en la consejería no podemos estar pendientes de esto".

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