Sanidad dice que la huelga de limpieza en la Concepción ya es un "riesgo" sanitario

La huelga de limpieza de la clínica de la Concepción alcanzó ayer su decimotercer día con los pasillos repletos de papeles, polvo, colillas, latas vacías y manchas pegajosas en el suelo. Las paredes, además, han sido pintadas y ensuciadas por los huelguistas. Pacientes y familiares empiezan a mostrar su disgusto por el estado de la clínica, mientras la Consejería de Sanidad alerta de que la suciedad es un "riesgo para la salud" de los enfermos y ha pedido al juez que amplíe los servicios mínimos. Los 155 trabajadores en huelga insisten en que llegarán "hasta el final".

Jesús Cañadilla tiene 60 años y desde hace una semana está ingresado en la clínica de la Concepción -gestionada por la empresa de capital anglonorteamericano IDC- porque sufre "un dolor de pecho muy fuerte". Ayer al mediodía, las zapatillas de Cañadilla golpeaban latas y vasos de plástico vacíos en su paseo por un pasillo de la segunda planta. El paciente se entretenía en leer pintadas contra la dirección del centro escritas en las paredes de la clínica, mientras con los pies retiraba la suciedad acumulada en los zócalos del pasillo.

"Yo, qué quieres que te diga. Entiendo que protesten si los trabajadores creen que necesitan defender sus derechos. Pero a mí me parece que esto está llegando demasiado lejos", explicó. "Está todo muy asqueroso", añadió Alicia Bodas, que paseaba a la misma hora con su abuela, Francisca Díaz, de 91 años, agarrada del brazo.

Los limpiadores de la Concepción están en huelga desde el pasado 2 de febrero. Reclaman que la empresa IDC, que gestiona el centro tras la crisis económica de la Fundación Jiménez Díaz hace un año, contrate a los 155 trabajadores de la empresa externa de limpieza, Eurolimp, SA, que hasta ahora realizaban el servicio. IDC, por su parte, ofrece contratar a sólo 78 de los 155 trabajadores cuando finalice la concesión, el próximo día 28.En el vestíbulo principal, unas 30 de las 155 limpiadoras en huelga mantenían los turnos para estar presentes las 24 horas en el centro. Llevan en huelga desde el 2 de febrero y este mes ya han perdido la mitad de su sueldo. "Pero vamos a ir hasta el final", asegura María Luisa Cornejo, miembro de UGT en el comité de huelga, en el que CC OO tiene mayoría.

"Pedimos disculpas a los enfermos y a sus familiares por las molestias que la huelga pueda estar causándoles, pero les pedimos comprensión porque estamos luchando para defender nuestros puestos de trabajo y evitar que 155 pesrsonas se queden en la calle", añadió.

La clínica de la Concepción es un centro privado que tiene concertada con la Consejería de Sanidad la atención médica a una población cercana a las 300.000 personas del sur y el oeste de la capital, por lo que recibe algo más de 100 millones de euros al año de los presupuestos del Gobierno regional. Por ello, 500 de las 600 camas de la clínica pueden ser consideradas como camas públicas.

La clínica está gestionada por una unión temporal de empresas (UTE) dominada por IDC desde que, hace un año y medio, la Fundación Jiménez Díaz, propietaria del centro, se declararó en "quiebra técnica", con una deuda de casi 100 millones de euros, 57 con los proveedores y el resto con la Seguridad Social. IDC se hizo responsable de la gestión de la clínica durante los próximos 25 años y se comprometió a hacerse cargo de la deuda y a invertir unos 30 millones de euros en mejorar sus instalaciones.

Más servicios mínimos

Esta situación especial, única en la región, hace que el Gobierno regional esté atento a todo lo que sucede en la Concepción. Sanidad emitió ayer un comunicado en el que alertó de que "en los últimos informes de inspección se evidencia un posible riesgo para la salud de los pacientes en algunas áreas del hospital". Por ello, Sanidad solicitó ayer ante el juzgado de guardia "el incremento de los servicios mínimos". Este incremento también ha sido solicitado por la dirección de IDC y la gerencia de la Concepción.

Las áreas más afectadas por la huelga son los pasillos, ascensores, vestíbulos, el acceso a radioterapia y a radiodiagnóstico y las salas de espera de urgencias. Las habitaciones, los quirófanos, las consultas y demás áreas asistenciales sí son limpiadas diariamente y mantienen el mismo nivel de higiene que antes de la protesta.

Las inspecciones destacan que, aunque la áreas asistenciales estén limpias, el hecho de que los pasillos, ascensores y demás zonas de paso estén sucias supone un riesgo para los enfermos que son trasladados en camilla a través de ellas.

"Desde el respeto al derecho a la huelga, la Consejería de Sanidad entiende que el ejercicio del mismo no debe poner en ningún caso en riesgo la salud de los pacientes", relata el comunicado del Gobierno.

Propuesta "disparatada"

El secretario de Acción Sindical de CC OO de Madrid, Sebastián Martínez, calificó de "disparatada" la petición de Sanidad de incrementar los servicios mínimos de la huelga.

Martínez considera que los mínimos establecidos desde el inicio de la protesta, 49 trabajadores de lunes a viernes y 26 los sábados y festivos, "están muy por encima de los establecidos en la huelga general del pasado 20 de junio de 2002, a pesar de aquel paro afectó a todo el sistema de salud".

Martínez se preguntó si el consejero de Sanidad, Manuel Lamela, pretende "radicalizar" el conflicto y le responsabilizó de "las consecuencias que pueda tener la decisión que ha adoptado sobre 155 personas que pretenden defender sus puestos de trabajo".

Las 30 limpiadoras que a primera hora de la tarde de ayer estaban concentradas en el vestíbulo del hospital apoyaron sin fisuras a sus representantes sindicales. "Muchas de nosotras llevamos seis, ocho o, incluso, diez años trabajando en la clínica. Cuando IDC llegó nos prometió que ningún puesto de trabajo iba a ser suprimido. No han tardado ni un año en incumplir su palabra", afirmó María Luisa Cornejo, de UGT.

La junta facultativa de la clínica de la Concepción mantuvo ayer por la tarde una reunión para evaluar la situación del centro. La junta acordó apoyar la petición de Sanidad, que supone elevar los servicios mínimos al 90%, y pide que esta ampliación sea hecha efectiva de forma inmediata. En caso contrario, los médicos afirman que a partir de mañana no podrán hacerse responsables de la salud de los pacientes.