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Reportaje:FÚTBOL | 24ª jornada de Liga: Madrid-Valencia, el nuevo clásico

Ronaldo, la gran obsesión de Ayala

El central argentino se aísla de todo para enfrentarse al brasileño, una espina clavada para él

Juan Morenilla

¿Quién es para usted el mejor futbolista del mundo? "Raúl", responde Ayala, defensa central del Valencia. "Y Crespo e Inzaghi, que parece que tienen un imán en las botas. El balón siempre les va", sigue. "Y el más valiente que he conocido es Zamorano", añade en una reciente entrevista publicada en el diario Las Provincias. ¿Y Ronaldo? "Sí; también es de los mejores, pero me quedo con Raúl". Ayala no sitúa al delantero brasileño en su podio de arietes. En cambio, en su lista negra se encuentra el primero, con mayúsculas y subrayado.

A sus 30 años, con una carrera brillante y considerado por sus compañeros el mejor en su puesto; capitán desde los 22 de la selección de Argentina, con lo que consiguió la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96; con dos Ligas argentinas, una italiana y otra española; nombrado el mejor defensa de la Champions en 2001; con ofertas del Madrid, el Barcelona, el Manchester United, el Chelsea..., Ayala tiene una espina clavada, una obsesión. Nunca ha conseguido sentirse victorioso de un duelo con Ronaldo.

Tras el entrenamiento, se queda dando toques al balón: "Esta semana no hablo con nadie"
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Por eso se ha aislado esta semana. Ha ordenado a los responsables de su club que aparcaran sus compromisos. No quiere hablar con nadie. Acaba el entrenamiento y, mientras sus compañeros estiran sus músculos, él sigue dando toques al balón, algo apartado. Después, se ducha, se mete en su coche y desaparece.

Ayala se ha enfrentado a Ronaldo cuatro veces en España y éste ha marcado goles en tres. Se le ha atragantado. "Si a Ronaldo le dejas espacio, te hace una avería y te pone colorado. Estoy expuesto a ello porque me encanta enfrentarme contra este tipo de jugadores", dijo antes del encuentro de la Copa en el Bernabéu (3-0). Ronaldo volvió a anotar: el segundo tanto del Madrid.

Su pique viene de lejos, de sus batallas en Italia, cuando Ronaldo jugaba en el Inter y Ayala en el Milan. ¿Se imaginan a Ronaldo, símbolo del juego limpio de la FIFA, expulsado con una tarjeta roja directa por una agresión? Sólo ha pasado una vez. Fue en octubre de 1999. El Inter ganaba por 1-0 al Milan, gol de Ronaldo de penalti cometido por... Ayala. "A la próxima te rompo los dientes", le amenazó Ayala tras un forcejeo. En la jugada siguiente, Ronaldo le dio un codazo por puro pánico. "Por primera vez, he tenido miedo a un defensa. Me había prometido un golpe y quería detenerlo antes de que me lo diera", explicó el hoy madridista. Él se fue al vestuario y Ayala, con una conmoción, al hospital.

Fuera del campo, Ayala es muy educado. Pide una vez tras otra perdón al periodista por no atenderle. "Esta semana no quiero hablar con nadie. Ni distraerme. Perdona", dice. "Perdona, ¿eh?; lo siento", repite. Unos modales que olvida en el terreno. "Me caliento muy fácilmente. Utilizo mucho las miradas y los gestos", ha afirmado. Al contrario que Ronaldo, que apenas habla, Ayala no se calla: da órdenes hasta en los entrenamientos.

Ambos habrían podido coincidir como compañeros si el Madrid hubiera ofrecido el verano pasado más dinero por él. Ayala se dejó querer y Mestalla, tras frustrarse el traspaso, se le echó al cuello en la presentación del equipo. Antes había confirmado su intención de jugar en el Barcelona. Un par de partidos después, la afición olvidó la silbatina por sus buenas actuaciones, aunque salpicadas a veces por ciertos errores de concentración.

Ayala es hijo y nieto de centrales -jugó con su padre en el San José, en Argentina, con 15 y 35 años respectivamente-; casado y con tres hijos, muy familiar; aficionado a la pesca y a la música de Eros Ramazzoti y Patricia Sosa; experto en preparar asados con su compatriota Pellegrino para la plantilla; inversor en negocios junto a Cañizares, su gran amigo en el vestuario.

La justicia italiana investigó su pasaporte de ese país hace dos cursos por considerarlo falso, aunque el vicepresidente del Milan, Adriano Galliani, aseguraba que un abuelo suyo había nacido en un pueblo cercano a Nápoles.

El Milan le traspasó en 2000 al Valencia por 4,2 millones de euros y con la promesa del entonces presidente, Pedro Cortés, de mejorarle la ficha. Pero eso no ocurrió hasta que el Madrid llamó a su puerta. Quería reunirle con Ronaldo, su gran obsesión.

Ronaldo trata de desmarcarse de Ayala en un partido en el estadio Bernabéu.
Ronaldo trata de desmarcarse de Ayala en un partido en el estadio Bernabéu.GORKA LEJARCEGI

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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