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Reportaje:EXCURSIONES | Ribera de Ciudadeja

Saltos de agua y trashumancia

La ruta que acompaña al río Ciudadeja, cerca de Navas de la Concepción (Sevilla), forma parte de una antigua vía pecuaria

Manuel Planelles

365 curvas en 22 kilómetros; es la carretera que une Constantina y Navas de la Concepción, en la Sierra Norte sevillana. Faltan dos kilómetros para llegar a Navas y el coche se detiene en la cuneta. Un pequeño puente y un cartel con un mapa -al que no hay que hacer mucho caso, los datos están equivocados- marcan el inicio de la ruta Ribera de Ciudadeja.

Por delante, dos horas -una de ida y otra de vuelta- y un sendero suave de 2.700 metros. El caminante anda sobre la tierra que durante siglos han pisado las pezuñas del ganado trashumante. Porque la ruta que discurre por la ribera del río Ciudadeja forma parte de la red de vías pecuarias que durante la Edad Media estableció el Honrado Consejo de la Mesta. Andalucía es la comunidad que más vías de este tipo conserva. En concreto, en la provincia de Sevilla existen más de 5.800 kilómetros de cañadas recuperadas.

El caminante avanza todavía algo aturdido por la sinuosa carretera que acaba de recorrer en coche. Álamos negros, olmos, arces, encinas y quejigos. Y un rumor que los oídos urbanos tardan en reconocer. La espuma que se forma en el agua ayuda a ponerle nombre. El río Ciudadeja discurre entre pequeñas rocas que forman saltos de agua. La fuerza de estos saltos se utilizó durante años para moler los granos de trigo. Pero hoy, los dos molinos que hay en la ruta están cubiertos de matorral.

El abanico de sonidos crece. Ruiseñores, jilgueros y mirlos. Y el olor de la incipiente jara ya está presente. Esta vez el caminante no ha tenido suerte y ningún ciervo ha bajado a beber del Ciudadeja. Quizás, deba volver en otoño, en la berrea, cuando los machos en celo miden sus fuerzas a golpe de cornamenta.

Unos cuantos pasos más y el río cada vez recibe menos luz. Con los años, los álamos que se levantan en la rivera se han curvado y han formado una espesa galería.

En el camino, una pareja de vecinos de Navas pasea. Él tiene un vara en la mano, ella ganas de charlar: "Venimos a caminar todas las tardes que el tiempo nos lo permite". "Del puente a la ermita, y de la ermita al puente", apostilla él.

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La ermita, de arquitectura joven, está dedicada a la Virgen de Nuestra Señora de Belén. Es el final de la ruta y está situada en un amplio meandro del río. Otro caminante cuenta que, durante años, los vecinos de Navas de la Concepción celebraban las fiestas en éste campo, "pero dependía de los dueños de las fincas; si un año se ensuciaba mucho, al año siguiente no dejaban entrar a nadie". Hace una década, el Ayuntamiento compró una pequeña finca en la rivera y levantó la ermita y un merendero para los vecinos. La próxima vez que el pueblo se reúna aquí será el 28 de febrero, el Día de Andalucía.

La ruta ha llegado a su fin. Para el novato ha sido una caminata con alguna gota de sudor; para el iniciado, una paseo suave; y para el experto, algo insignificante. Pero si todavía se tienen ganas de andar, pasada la ermita hay un angosto sendero que sigue el curso del río y que llega hasta el nacimiento del Ciudadeja.

El arroz del abuelo

- Dónde. En el kilómetro 18 de la carretera que une Constantina y Las Navas de la Concepción, la S-150, hay un puente sobre el río Ciudadeja que marca el inicio de la ruta.

- Cuando. La época ideal para hacer la ruta es el otoño. Si el caminante tiene suerte, podrá ver alguno de los ciervos que viven en la zona. Cuando se acerca la tarde, los machos en celo chocan las cuernas y braman; es la berrea y los animales luchan para conquistar o mantener a las hembras.

- Alrededores. A menos de 20 kilómetros de la ruta está Constantina. En su casco urbano se encuentran la Iglesia de la Encarnación, el convento de las Jerónimas y la ermita de del Robledo. Tiene una amplia oferta hostelera, pero destaca la Casa Grande. Este establecimiento, reconvertido en hotel rural y restaurante, está regentado por una familia catalana afincada en la zona. La oferta culinaria está compuesta por platos típicos del norte de la Península. Es casi imprescindible probar el arroz con leche que, según cuentan, lo sigue haciendo el abuelo de la familia.

- Y qué más. Se puede obtener más información en el Centro de Visitantes El Robledo (955 881 597). Está situado en el kilómetro uno de la carretera que une Constantina y El Pedroso. En el complejo existe un área de interpretación del bosque mediterráneo y un jardín botánico que recrea en miniatura el parque.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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