Pacto de silencio
Hay varios asuntos en Andalucía sobre los que resulta imposible mantener un debate sereno. Si a alguien, por ejemplo, se le ocurre observar que el PSOE tiene sus votantes más fieles en el mundo rural, se le acusa de hablar de "voto cautivo"; si se discute el PER, se argumenta que no hay que seguir el tópico de la "tradicional indolencia", y si se habla de subvenciones se dice que se pretende airear la imagen de la Andalucía subsidiada. Así no hay manera de debatir sobre dos asuntos relevantes, como el empleo y la competitividad de nuestra economía.
Después de que Teófila Martínez prometiera que si gana se acabarán las subvenciones, rectificó y decidió bautizarlas con el nombre de cofinanciación. Seguía el ejemplo de lo que su partido hizo con el PER nada más llegar al Gobierno: mantenerlo pero llamarlo de otro modo. La alusión a las subvenciones por parte de la presidenta del PP andaluz desató las airadas respuestas de los dirigentes socialistas, con Manuel Chaves a la cabeza.
Es imposible saber a qué se refería exactamente Teófila Martínez cuando hablaba de subvenciones. Pero no parece que lo de la cofinanciación tenga que ver con el saldo fiscal que mantenemos con el resto de las comunidades autónomas. ¿Aludía la presidenta del PP al sistema de subvenciones a las empresas? ¿Se refería quizá a las que sirven, a través del sistema de concertación, para financiar a los sindicatos y a nuestra lustrosa patronal? Nos quedaremos con la duda: no creo que le queden ganas de volver a hablar del tema. Así no podremos saber si Teófila Martínez es una liberal consecuente o si no se atreve a dejar sin sustento a una parte de los sectores que le dan apoyo. Si se toma nota de lo de la cofinanciación, parece que no se atreve.
Al comienzo de la campaña, como si quisieran curarse en salud, sindicatos y patronal hacían público que gracias al sistema de concertación se han creado en Andalucía 304.600 empleos. La precisión en el dato resulta asombrosa si se tienen en cuenta la escasa transparencia del sistema y su deficiente evaluación, según el estudio publicado el pasado mes de mayo por el Observatorio Económico de Andalucía. Entiendo que la cifra procede de que patronal y sindicatos atribuyen a la concertación todo el empleo creado, como si fuera sólo cosa de ellos.
En su informe, el Observatorio señalaba precisamente como una de las consecuencias perversas del sistema el hecho de que el debate económico haya quedado limitado a eso que se llama agentes sociales, hurtándoselo al Parlamento. La precampaña que estamos viviendo -al igual que las anteriores- es un reflejo de esta tara: no se discuten los asuntos económicos y el PP no parece dispuesto a mostrar alternativas. Todo lo que ha dicho hasta el momento, a través de Teófila Martínez, es que, si gana la derecha: "Seremos un gobierno que cofinancie proyectos y nunca más volveremos a hablar de ayudas o subvenciones".
En fin, una simpleza, pero tampoco era para indignarse ni pedir un pacto contra el tópico de la Andalucía subsidiada. Hay que hablar de todo y, si es posible, hacerlo con seriedad. Si se pacta silencio corremos el peligro de obviar debates que pueden iluminar nuestro futuro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.