El Banco Pastor y el Popular se enfrentan por el fichaje de 42 directivos
La entidad presidida por los Valls acusa de "guerra sucia" al consejero delegado del Pastor
El Banco Popular y el Banco Pastor han elevado su tono de enfrentamiento. El banco presidido por Luis y Javier Valls acusan a Fulgencio García Cuéllar, ex consejero delegado del Popular y actual responsable del Pastor, de practicar un comportamiento "que se parece demasiado a una guerra sucia. La insatisfacción siempre produce deslealtades", afirma en el Repertorio de Temas que aparece en la memoria de 2003. En total, han fichado por el Pastor (al que en la memoria se refieren a el como "querido colega") 42 empleados del Popular, incluido un director regional. Esta entidad afirma que "han sido más los tocados que rechazaron las atractivas ofertas y siguen en el Popular que los que las aceptaron".
El presidente del Banco Pastor, José María Arias Mosquera, aseguró ayer, durante la presentación de resultados de la entidad, que incorporar personal procedente de otras entidades "es una situación normal y permanente del que está en el mercado financiero y el que lo desconozca no está en el mercado", sin referirse expresamente al banco que presiden los hermanos Javier y Luis Valls Taberner.
El propio García Cuéllar explicó que el Pastor incorporó en 2003 a personas procedentes de hasta 18 diferentes entidades financieras, "de igual manera que otra se ha llevado gente. Entendemos que esto es libre competencia y respetar la libertades", agregó.
La entrada de personal se explica en el plan de expansión puesto en marcha por el Pastor en 2003, con el que prevé inaugurar 150 sucursales en tres años, hasta alcanzar las 600 en el ejercicio 2005, con una plantilla de 3.200 profesionales.
El Pastor aprovechó la ocasión para remarcar que mantiene su vocación de independencia a pesar del interés explícito que mostró el Popular recientemente. Arias Mosquera señaló que
seguirán su camino pese a "competidores interesados en desmotivar", sin citar al Popular.
En 2003, el Pastor ganó 61,69 millones, un 26,25% menos que el 2002 pese al incremento del 31,9% del margen de explotación. Esta caída se debe a las menores plusvalías por venta de participadas (11 millones de euros) y al aumento de la tasa impositiva, que pasó del 1,1% al 29,1% en 2003, al agotarse los beneficios fiscales por la externalización de pensiones.
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