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Entrevista:MIGUEL SANZ | Presidente de la Comunidad Foral de Navarra

"La mención a Navarra en el 'plan Ibarretxe' es ya una injerencia"

Los pactos con CDN brindan al presidente navarro, el regionalista Miguel Sanz (Corella, 1954), la comodidad de la mayoría absoluta en el Parlamento foral. En su toma de posesión, en julio pasado, prometió combatir el "delirio" nacionalista. Ocho meses después, su gobierno ha recurrido el plan Ibarretxe ante el Tribunal Constitucional y sigue cosechando críticas por su política lingüística hacia el euskera. En el ámbito local, algunas presuntas ilegalidades en la gestión municipal han colocado la sombra de la sospecha sobre su partido.

Pregunta. Recientemente revalidó con Mariano Rajoy los pactos UPN-PP. ¿No tiene ni un reproche que hacerle al Gobierno central?

Respuesta. Ninguno. El PP ha cumplido sus compromisos y ha impulsado iniciativas ventajosas para Navarra, como el nuevo Convenio Económico, que garantiza nuestra solvencia y nos permite soportar destacadas políticas sociales.

"Según datos de las últimas detenciones, en Navarra debemos estar en alerta constante"
"Los derechos de las lenguas no existen, son absurdos. Los derechos son de las personas"

P. ¿Cómo va el recurso planteado contra el plan Ibarretxe?

R. Cumplimos nuestro compromiso de plantear un conflicto de competencias. Lo haremos también ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. La simple cita de Navarra en el plan Ibarretxe es una injerencia a pesar de que supuestamente parece respetar la voluntad de los navarros. No se nos puede decir desde fuera cómo canalizar nuestra voluntad para definir nuestro modelo político e institucional puesto que ya está definido en la Constitución y el Amejoramiento y es ratificado elección tras elección.

P. Hay quien afirma que no dice nada que no esté ya en el Estatuto de Gernika, el Amejoramiento del Fuero o la Constitución.

R. No es verdad. El plan Ibarretxe va más allá. Esos textos dicen qué camino puede seguirse para plantear un nuevo modelo de configuración institucional y de relación entre Navarra y la Comunidad Autónoma Vasca, pero ese camino, en cualquier caso, sería siempre utilizado para seguir formando parte de España y no para separarse de ella. Además, ese modelo no tiene efectos en los artículos 145 y 155 de la Constitución

[confederación de comunidades autónomas y actuaciones contra el interés general de España] mientras que el plan Ibarretxe afirma que ninguno de ellos tendrá efectividad en las relaciones entre Navarra y Euskadi.

P. ¿Nunca ha pensado en explicar personalmente al lehendakari estos argumentos?

R. La verdad es que sí. Me gusta ser cortés en las relaciones personales. He estado con el lehendakari Ibarretxe en varios foros de trabajo y hemos conversado distendidamente. Pero otra cosa son las relaciones institucionales, que deben estar presididas por la lealtad y el respeto mutuo a nuestras diferentes realidades. Y esa clara falta de respeto es la que achaco, no a Ibarretxe como persona, sino a la institución.

P. ¿Cree UPN que será Navarra quien neutralice el plan Ibarretxe?

R. No, aunque pienso que Navarra es una pieza clave en la articulación del Estado. Pero, sinceramente, creo que al plan Ibarretxe lo pararán la propia Constitución y el estado de derecho. Se parará democráticamente por voluntad de los ciudadanos españoles opuestos a cualquier plan independentista, que está abocado al más absoluto de los fracasos desde los puntos de vista legal, constitucional y social. Los ciudadanos no quieren aventuras de ningún tipo y no están preocupados por esa voluntad que sólo existe en los dirigentes del gobierno nacionalista del País Vasco.

P. La gestión de alcaldes como el de Egüés o el caso de la ex portavoz del Gobierno foral, Nuria Iturriagagoitia, han puesto a UPN bajo sospecha. ¿Existe corrupción en los cargos de UPN?

R. En absoluto. Bien van las cosas en Navarra desde el punto de vista de la transparencia y la honradez en la gestión pública para que se denominen como casos lo que son simples actuaciones coyunturales sin ninguna importancia.

P. ¿Qué datos tiene sobre la actividad de los terroristas de ETA en Navarra?

R. ETA puede aún cometer crímenes. En Navarra, de los datos conocidos tras las últimas detenciones de comandos, debemos estar en alerta permanente.

P. ¿Tienen un pacto con el Gobierno central para que no recurra la vía fiscal de equiparación de las pensiones de viudedad?

R. No. Tenemos la convicción de ejercer lealmente nuestras competencias mediante anticipos de la declaración del IRPF. Actuamos conforme a derecho y pensamos que el gobierno de España no recurrirá.

P. ¿No le causa incomodidad que las viudas navarras vayan a cobrar más que las viudas de comunidades limítrofes?

R. Me hubiese gustado que el aumento de las pensiones se hubiese producido a través de una iniciativa del Gobierno español. Creo en el sistema de la Seguridad Social y su caja única como motor de solidaridad interregional. Como eso no ha ocurrido porque todavía no hay suficiencia financiera para ello, las comunidades dispuestas a hacer un esfuerzo financiero propio usamos nuestra capacidad fiscal para lograrlo.

P. ¿Le han cobrado peaje los nacionalistas al PSN-PSOE por sus votos para lograr algunas alcaldías?

R. Le van a comprometer permanentemente. Lo han puesto de manifiesto en fiestas patronales exhibiendo ikurriñas o en el debate de mociones sobre el plan Ibarretxe. El PSOE pagará las consecuencias como las está pagando en Cataluña.

P. Euskaltzaindia y la Oficina Europea de Lenguas Minoritarias han vuelto a denunciar la política de UPN hacia la lengua vasca. ¿Está ya el euskera donde UPN quería situarlo?

R. Ninguna lengua está en la situación que le corresponde porque unos pensarán que está más allá de lo que debería y otros, quienes la conocen, pensarán que sigue estando muy alejada de la situación en que debería estar. El mejor favor que se le puede hacer al euskera es que se desarrolle desde la libertad del ciudadano. El euskera es un arma arrojadiza de algunas organizaciones políticas para intentar conseguir sus objetivos, entre otras cosas porque forma parte sustancial de sus programas: la raza y la lengua. Dicho esto, lo que no se puede pretender es que el euskera se convierta en un instrumento de ventaja y que no conocerlo sea motivo de desigualdad a la hora de acceder a un puesto de trabajo, o un instrumento para desviar recursos innecesarios y hacer una universidad bilingüe.

P. ¿Habrá más reformas lingüísticas?

R. Será difícil. En democracia hay derechos fundamentales como el libre acceso a un puesto de trabajo o la igualdad de oportunidades y otros, accesorios, como los lingüísticos, que son derechos absurdos que no existen, porque las lenguas no tienen derechos, los tienen las personas. Primero hay que garantizar los fundamentales.

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