Marruecos protesta ante el embajador español por el vuelo de cazas sobre Nador
Exteriores admite que dos aviones de enseñanza se desviaron de su ruta por la poca visibilidad
El incidente trae a la memoria tiempos de crisis, pero tuvo lugar cuando la relación entre España y Marruecos se había normalizado, incluso llegando a ser cordial. El embajador de España en Marruecos, Fernando Arias-Salgado, fue convocado ayer por la mañana a la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, en Rabat, para hacerle entrega de una protesta por la supuesta violación del espacio aéreo marroquí por cazabombarderos españoles. Exteriores admitió anoche en un comunicado que, debido a "las adversas condiciones meteorológicas, se produjo una desviación de la ruta", que lamenta.
"No queremos bajo ningún pretexto volver a enzarzarnos en una polémica con Rabat"
Rabat podía haber formulado esta queja con discreción, pero la hizo pública dando al incidente mayor alcance. El número dos de la diplomacia marroquí, Taieb Fassi-Fihri, convocó ayer por la mañana a Arias Salgado para, según reza un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí, manifestarle "el descontento de las autoridades de Marruecos por el sobrevuelo a baja altura de la provincia de Nador, en la mañana del 5 de febrero, por aviones de caza españoles".
"Se trata de una primicia en el género que obliga al Gobierno de Su Majestad el Rey [Mohamed VI] a pedir explicaciones a las autoridades españolas", prosigue el comunicado de Exteriores difundido tras la reunión con el embajador y recogido por Maghreb Arabe Presse, la agencia de prensa oficial marroquí. Arias-Salgado, concluye, "tomó buena nota de esta iniciativa que trasladará a su Gobierno".
Fassi-Fihri, ministro adjunto de Exteriores, sustituyó al jefe de la diplomacia marroquí, Mohamed Benaissa, que se encuentra en Nueva York para participar en una conferencia sobre la reconstrucción de Liberia. Tanto el nivel del alto cargo que convocó al embajador como la difusión de un comunicado hacen pensar a la diplomacia española que Rabat considera que no se trata de un incidente rutinario.
La titular de Exteriores española, Ana Palacio, se esforzó, sin embargo, por quitar hierro a lo sucedido y remitió la queja marroquí al Ministerio de Defensa que, a su vez la trasladó al Estado Mayor del Aire para que averiguase lo sucedido el pasado día 5 en Nador.
Pero ayer por la noche, Exteriores emitió un comunicado en el que explicaba que "la visibilidad en la zona era muy escasa (5 kilómetros) y el techo de las nubes muy bajo (500 metros)". Esas adversas condiciones meteorológicas produjeron "una desviación de la ruta de aproximación de los aviones que el Gobierno español lamenta". La nota de Exteriores también especifica que "los dos aviones de enseñanza C-101 del grupo de Escuelas de Matacán (Salamanca) que no llevan ningún tipo de armamento, ni cámaras ni otros sistemas de observación, se dirigieron a Melilla para desarrollar unos ejercicios en esa ciudad, permaneciendo en la zona desde las 10.00 hasta las 11.00 (horas locales"). Y concluye: "Toda la información relativa a ese ejercicio, se ha trasladado por la vía diplomática a las autoridades marroquies".
La convocatoria de Arias-Salgado ayer cayó como un jarro de agua fría sobre la Embajada de España. Hace ahora justo un año -el 3 de febrero se cumplió el aniversario- que los embajadores de España, en Rabat, y de Marruecos, en Madrid, se reincorporaron a sus respectivos puestos poniendo fin a 15 meses de crisis diplomática que empezaron a finales de octubre de 2001 con la llamada a consultas de Abdesalam Baraka, el jefe de misión marroquí en la capital española.
Desde entonces y, sobre todo, desde el viaje que, a principios de diciembre, el presidente José María Aznar hizo a Marraquech para celebrar una cumbre, la relación iba mejorando. Desde el punto de vista español se habían producido avances en materia de lucha contra la inmigración clandestina con la firma de un memorando sobre la repatriación de menores marroquíes; la expulsión de Marruecos de cientos de nigerianos en cuatro vuelos chárter; la aceptación por Rabat, la semana pasada, de un puñado de subsaharianos enviados de Las Palmas a El Aaiún y el anuncio de la puesta en funcionamiento, mañana, de patrullas marítimas conjuntas.
De ahí que la publicidad dada por Rabat al incidente resulte difícil de comprender. La relación con España ha sido estos últimos meses motivo de discrepancia en la cúpula marroquí. El primer ministro, Driss Jettu, ha abogado por la reconciliación mientras que desde otros sectores, como el Ministerio del Interior, se quiso, hasta noviembre, tensar la cuerda. "¿Habrán querido estos sectores recordar a Aznar, antes de que abandone el poder, que no deja del todo encarrilada la relación con el vecino?", se preguntaba un diplomático.
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