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LA PRECAMPAÑA ELECTORAL DEL 14-M

Rato apoya a Rajoy para lograr "una España más próspera y más importante en Europa"

Piqué afirma que en el 14-M se elegirá "entre eficacia y suma de fuerzas de distinto pelaje"

"Como la edad tiene sus ventajas, mis compañeros me han elegido para presentar al presidente del próximo Gobierno de España". Así concluyó Rodrigo Rato, principal perdedor de la carrera por la sucesión, su primer mitin con Mariano Rajoy. Fue en Barcelona para hablar de economía y Rato dejó claro que se va a volcar para que su "amigo" Rajoy llegue a La Moncloa. "Queremos una España más próspera y, al mismo tiempo, más importante en Europa", declaró. Un buen resultado en Cataluña es fundamental para la mayoría absoluta, y el líder del PP catalán, Josep Piqué, lo planteó en estos términos: "Habrá que elegir entre la continuidad de un Gobierno eficaz o la suma de distintas fuerzas de diverso pelaje".

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El lema que el PP ha elegido para esta precampaña -Avanzamos juntos- busca siempre una escenografía en la que su nuevo líder, Mariano Rajoy, se vea rodeado de distintos dirigentes del partido y del Gobierno, y que así cale la imagen de que son, antes que nada, un equipo. Tal escenografía pretendía ayer enfatizar la sintonía entre Rajoy y Rato, y entre ambos y Piqué.

Rato dijo que el objetivo en esta legislatura es lograr "una España capaz de entenderse consigo misma, capaz de aceptarse a sí misma y, a la vez, capaz de exhibir todas sus potencialidades". Eso no se logra "si usted se pone a reescribir la Constitución, porque no tendrá tiempo para nada más". Hacerlo, a su juicio, "es sólo inventar problemas" en vez de "volcarse a dar un salto de progreso que Cataluña y España pueden dar ahora".

Rato dio los mensajes en positivo: dijo que quería "hablar de futuro, de confianza", después de presumir de todo lo logrado en empleo, crecimiento y prosperidad económica en ocho años. Los mensajes negativos, los avisos de todos los males, corrieron a cuenta de Josep Piqué, líder del PP catalán, que no compite como candidato a diputado en las elecciones del 14 de marzo.

"Un país sólo funciona si hay confianza de los agentes económicos, de los empresarios, de los trabajadores". Piqué afirmó que el "mejor artífice" de esa confianza en España en los últimos ocho años ha sido Rodrigo Rato. Los populares se volcaron en una primera ovación a Rato. Duró más de un minuto, con el auditorio puesto en pie. Y Rato -poco habituado a ser figurante en un escenario que suelen ocupar los jóvenes de Nuevas Generaciones- parecía no saber qué cara poner para que aquello parara.

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Piqué mantuvo que ese clima de confianza económica que ha permitido el crecimiento de estos años en Cataluña "corre serios riesgos con sólo un mes y medio de Gobierno tripartito". Afirmó que el ejemplo del tripartito es "la única alternativa probable" para toda España en el caso de que el PP pierda la mayoría absoluta. Afirmó que él y el PP habían "anticipado el riesgo", pero que "nunca" imaginaron que "se iba a llegar a espectáculos tan lamentables en tan poco tiempo". Fue su mención al caso Carod, a quien no nombró nadie ayer en el mitin de Barcelona.

Piqué, como Rato, fue más explícito en sus referencias al PSOE. Aseguró que, en 1996, los socialistas "dejaron un país que había dejado de confiar en sí mismo: había tirado la toalla de entrar en el euro en la primera fase de la Unión Monetaria". Y ahora forman "gobiernos heterogéneos de izquierda y nacionalistas" que, en vez de gobernar, "sólo autogobiernan sus miserias y sus parcelas de poder, y lo hacen todo apelando a las vísceras y a los sentimientos".

La línea argumental de Rato, en positivo, y Piqué, en negativo, es que si un Gobierno deja de ocuparse de mejorar la economía y las condiciones de vida de sus ciudadanos lo que hace "es una estupidez". El calificativo es de Piqué y lo utilizó para tildar a "quienes están siempre dispuestos a debates estériles y frustrantes" y, encima, "pretenden hablar en nombre de Cataluña sin derecho a hacerlo". Esto último es una referencia a ERC que Piqué esgrime de forma asidua. Su argumento es que aunque el partido de Josep Lluís Carod-Rovira fue la tercera fuerza política en las elecciones catalanas de noviembre, sólo tiene un escaño en el Congreso de los Diputados, frente a los 12 que tiene el PP por Cataluña (ocho en Barcelona, dos en Tarragona, uno en Lleida y otro en Girona).

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