"Me pondrán un despacho en la Consejería de Interior"
"Soy independiente, y ahora dependo de un Gobierno digno que ha ganado por mayoría absoluta". Con estas palabras defiende la ex socialista Cristina Alberdi la aceptación de su nuevo cargo, dentro del Ejecutivo de Esperanza Aguirre (PP). Tan sólo 16 días después de la disolución del Congreso de los Diputados y de perder su condición de parlamentaria, a la que no renunció tras su salida del PSOE, Aguirre le ha dado a esta ex ministra socialista un puesto dependiente de las consejerías de Justicia e Interior y de Empleo y Mujer: será la presidenta de un organismo de nueva creación, el Consejo Asesor del Observatorio contra la Violencia de Género. Ese consejo se encargará de proponer al Observatorio medidas para mejorar su funcionamiento.
Alberdi fue ministra de Asuntos Sociales entre 1993 y 1996, en un Gobierno presidido por Felipe González. Durante la comisión de investigación abierta en la Asamblea de Madrid el pasado verano por el caso Tamayo, ella comenzó sus críticas contra su propio partido. Estaba en desacuerdo con la ligazón que el PSOE estableció entre la espantada de los diputados tránsfugas Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez y una trama político inmobiliaria sustentada, según los socialistas, por el PP.
Abandonó las filas del PSOE el 16 de diciembre, y motivó su decisión en el pacto tripartito (PSCE-ERC-IC) que aupó a Pasqual Maragall a la presidencia de la Generalitat de Cataluña. Consideró entonces que el PSOE había "abandonado sus obligaciones como partido nacional" dando "alas al nacionalismo soberanista por conseguir a corto plazo cotas de poder".
Pregunta. ¿Cuándo y cómo le comunicó la presidenta Esperanza Aguirre el ofrecimiento de este nuevo cargo?
Respuesta. Hará unos 15 días me llamó para preguntarme si estaba en la línea de aceptar un puesto en el órgano asesor del Observatorio contra la Violencia de Género. Le respondí que sí, pero le pedí que el cargo me permitiera compatibilizar mi trabajo como abogada.
P. ¿Sabe cuánto y cómo va a cobrar por su labor en este cargo?
R. Fue un asunto que no dejamos cerrado. Simplemente pedí la compatibilidad con mi trabajo de abogada. Creo que cobraré por el sistema de dietas, pero habría aceptado este cargo sin cobrar, aunque es razonable que se me pague por mi trabajo.
P. ¿Piensa afiliarse al PP?
R. No. Ni al PP ni a ningún otro partido. He tenido malas experiencias en algunos aspectos durante mi trabajo en la Federación Socialista Madrileña. He quedado muy decepcionada por los comportamientos de secta que se daban allí. Y esto me lleva a no estar en disposición de ingresar en ningún otro partido.
P. Ha dejado claro que no deja su despacho de abogada. ¿Pero tendrá alguna otra actividad política más con el PP? ¿Se le verá acompañando a Aguirre?
R. Iré allí donde Aguirre me invite. Antes de que ella fuera presidenta de la Comunidad ya manteníamos una relación de amistad, tanto que intentamos formar un lobby de parlamentarias mujeres, muy a la americana, que no fraguó.
P. ¿Qué pasó? ¿Hubo desavenencias políticas?
R. No. Simplemente a Esperanza Aguirre le surgieron una serie de problemas. Murió su padre y tuvo que dedicarse a otras tareas que le encargó su partido. Esta idea es de hace unos dos o tres años.
P. Desde determinados sectores se comenta que a usted le han dado este puesto en pago por los servicios prestados durante el caso Tamayo...
R. Decir eso es de una mezquindad absoluta y me parece una postura miserable. Creo que es Ruth Porta [dirigente y diputada regional del PSOE] la que mantiene esa teoría. Me parece lamentable.
P. ¿Cree que su actitud durante esa crisis contribuyó a que Aguirre ganara por mayoría absoluta en la segunda vuelta?
R. Niego la mayor. Yo simplemente ejercí mi derecho a la libertad de expresión. Si Rafael Simancas [líder del PSOE madrileño] perdió las elecciones fue por sus propios deméritos y por no asumir sus responsabilidades políticas.
P. Probablemente cobrará por dietas, cada vez que se reúna el consejo asesor. ¿Cuántas reuniones le gustaría que tuviera el organismo que presidirá?
R. Dependerá de las necesidades del consejo. Creo que serán necesarias una o dos reuniones al mes. Tendré que trabajar horas y horas. Me van a poner un despacho en Gran Vía, 18 [sede de la Consejería de Justicia e Interior].
P. ¿Cómo valora el hecho de que frente a usted, políticamente, tendrá a su hermana Inés Alberdi, que se ocupa en el grupo socialista en la Asamblea de los asuntos de familia y mujer?
R. La voluntad de Esperanza Auguirre es que el tema de la violencia de género sea central y que nuestro modo de gestión sea un modelo para otras comunidades autónomas. Mi hermana y yo nos respetamos, y no habrá problemas. Ambas llevamos toda la vida trabajando en lo mismo. Además, yo no estoy en el Ejecutivo y no tendré que ir a la Asamblea de Madrid.
P. ¿Por qué abandonó usted realmente el PSOE? ¿Por sentirse maltratada? ¿Porque no le perdonaron las críticas durante la crísis de la Asamblea?
R. Decidí abandonar el PSOE porque me pareció que el tripartito en Cataluña, el pacto con Esquerra Republicana, era una estafa política.
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