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Ana Botella anuncia que su concejalía pondrá en marcha en junio dos locales de "apoyo a la familia"

La concejal de Empleo y Servicios al Ciudadano del Ayuntamiento de Madrid, Ana Botella, anunció ayer que su departamento pondrá en marcha el próximo junio dos centros de apoyo a la familia para ofrecer a las parejas con dificultades de convivencia "orientación y formación" y, en caso necesario, intermediación.

La concejal, que ayer visitó uno de los dos pisos de encuentro familiar de que dispone el Ayuntamiento para facilitar el encuentro entre padres separados con sus hijos, adelantó que el Plan Municipal de Apoyo a la Familia que prepara su departamento estará listo en "abril o mayo" y que en junio ya se sabrá dónde ubicar estos centros, una vez se estudie "el mapa" de las familias desestructuradas de la ciudad.

Botella recordó que hasta que se abrió el primer punto de encuentro familiar, en enero de 2002 en la avenida de General Perón, los niños de padres separados y con problemas serios para coincidir incluso en momentos puntuales para que el menor pueda estar el tiempo ordenado por el juez con el padre que no tiene la custodia, hacían el intercambio en una comisaría. "En el Ayuntamiento de Madrid pensamos que es necesario ayudar y apoyar", dijo la concejal, y resaltó que esos encuentros de las parejas se harán en esos dos centros de familia, con los que se pretende "hacer una orientación familiar para ver si se pueden evitar rupturas y, como última instancia, en los casos en los que ya es inevitable, la mediación".

El piso que ayer visitó la edil, y que gestiona la Asociación para la Protección del Menor en los Procesos de Separación (Aprome), que preside Marisa Sacristán, dispone de espacio para que coincidan entre 15 y 20 familias, lo que suele suceder, dijo Sacristán, a última hora de la tarde. Ésta explicó que todas las familias que acuden a este punto de encuentro lo hacen por una orden judicial. Son "personas como todas: la falta de entendimiento no tiene que ver con un determinado nivel económico, ni siquiera cultural". Sacristán calculó que desde que se puso en marcha el proyecto, en mayo de 2003, han pasado por el piso, situado en la calle de Moratines, unas 120 familias.

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