La Comunidad eximirá a la reforma de la M-30 de la declaración de impacto

Esperanza Aguirre, presidenta del Gobierno regional, eximirá al Ayuntamiento de la obligación de realizar una declaración de impacto ambiental para iniciar las obras de enterramiento de la M-30 proyectadas por el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón. El Ayuntamiento ha pedido esta exención para agilizar los trámites, aunque Pío García-Escudero, concejal de Urbanismo, aseguró ayer que su departamento ha elaborado un minucioso plan, que se unirá al proyecto de obra, para preservar el medio ambiente de la zona afectada. El PSOE informará a la UE de esta situación y emprenderá acciones legales.

El Ayuntamiento confía en asumir por fin la propiedad de la carretera el mes próximo

El Ayuntamiento quiere ganar tiempo y comenzar cuanto antes las obras de remodelación de la M-30 prometidas por Ruiz-Gallardón, a pesar de que la carretera todavía no es de titularidad municipal -pertenece al Ministerio de Fomento- y el alcalde aún no ha dicho cómo va a pagar esas obras -que costarán 3.000 millones de euros-. Para empezar a picar necesita, entre otras cosas, acelerar los trámites.

Y el problema es que uno de los tramos de esa macroobra, el soterramiento de la M-30 entre la avenida del Marqués de Monistrol y el llamado Nudo Sur, precisa de una declaración de impacto ambiental -un documento que diga cómo van a afectar los trabajos a la naturaleza y qué medidas se pueden tomar para minimizar esos daños-, según lo establecido en el artículo 7 de la Ley 2/2002 de 19 de junio de Evaluación Ambiental de la Comunidad de Madrid.

Por eso, Ruiz-Gallardón ha solicitado a Aguirre que el proyecto sea eximido de este trámite acogiéndose a la "excepcionalidad" que contempla la ley. "Eso no significa", asegura García-Escudero, "que no se vayan a acometer todas las medidas necesarias para preservar esta zona, que consideramos de gran valor medioambiental".

Según el gobierno municipal, del PP, lo que se pretende es "agilizar" los plazos, "no incumplir la ley". "Para ello, junto a la petición de que se nos libere de la declaración de impacto ambiental acompañamos 80 propuestas de condicionamiento de la obra, que equivalen a lo que sería una declaración de impacto", insiste el concejal de Urbanismo.

La portavoz socialista en el Ayuntamiento, Trinidad Jiménez, y el concejal de este grupo Félix Arias anunciaron ayer que van a remitir sendos escritos informando de este asunto, que consideran un "incumplimiento de las leyes estatal y autonómica de evaluación ambiental", al Ministerio de Medio Ambiente y a la Consejería deMedio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad. Informarán, asimismo, a la Unión Europea. El PSOE estudia, además, emprender actuaciones jurídicas si finalmente Esperanza Aguirre acepta la propuesta municipal.

El Gobierno regional tiene ya en su poder la solicitud presentada por Ruiz-Gallardón. El asunto no fue tratado ayer por el Consejo de Gobierno, aunque prevé hacerlo en breve. El socialista Félix Arias facilitó, sin embargo, una copia de un borrador de acuerdo del Ejecutivo regional con fecha 25 de noviembre que aprueba eximir de la declaración de impacto ambiental esas obras en la M-30. Según Arias, el Consejo de Gobierno pensaba aprobar este acuerdo ayer "a instancias del Ayuntamiento", algo que fue negado finalmente por el vicepresidente y portavoz del Ejecutivo autonómico, Ignacio González.

El primer teniente de alcalde de Madrid, Manuel Cobo, aseguró ayer que "existen precedentes en muchas obras que han tenido una exención de la declaración de impacto ambiental". "Serán los técnicos de medio ambiente", añadió, "los que nos dirán en qué circunstancias se produce esa exención".

La Ley 2/2002 de Evaluación Ambiental de la Comunidad obliga a someterse a declaración de impacto las obras que se acometan en "carreteras". La M-30 sigue teniendo esta condición hasta que sea traspasada su titularidad desde el Ministerio de Fomento al Ayuntamiento; luego será considerada una "vía", equiparable a una calle de la ciudad. Pero, de momento, esta operación de traspaso no se ha realizado. "Creemos que este cambio de titularidad se hará en marzo", indicó ayer un portavoz municipal.

En las obras en carreteras, la declaración de impacto es necesaria cuando la longitud que debe ser reformada es superior a cinco kilómetros. La zona que Ruiz-Gallardón quiere enterrar junto al río Manzanares tiene una longitud de 5,800 kilómetros. Es el espacio comprendido entre la avenida del Marqués de Monistrol y el Nudo Sur. El proyecto analizado incluye, además, las conexiones de la M-30 en la zona del puente del Rey (enlace de la glorieta de San Vicente con la avenida de Portugal), el puente de San Isidro (enlace con la N-V), el nudo de Pirámides con Marqués de Vadillo y el nudo del puente de Praga.

Según se recoge en la documentación aportada por el Ayuntamiento al Gobierno regional, el soterramiento discurrirá bajo ambos márgenes del río, excepción hecha de la calzada en dirección norte en el tramo inicial. En esta zona, lo que se pretende es que la M-30 cruce el Manzanares antes del puente del Rey y continúe por la margen izquierda del río a partir de ese punto.

García-Escudero asegura que el gobierno municipal ha elaborado todas las medidas que se adoptarán durante la obra para preservar la fauna, la flora, los acuíferos y los restos que componen esta zona, declarada "bien de interés cultural", y que ha enviado esa documentación a la Comunidad de Madrid.

Pero eso no convence al PSOE. "¿Por qué el señor Ruiz-Gallardón pretende intervenir en la M-30 saltándose las leyes con las consecuencias que ello tiene para la calidad de vida de los ciudadanos?", se pregunta Trinidad Jiménez. "Gallardón tiene que saber que él también está sometido a la ley", añadió.

El grupo socialista va a pedir al Ministerio de Medio Ambiente que "exija" al de Fomento o al Ayuntamiento, según corresponda, tanto la realización de un estudio de impacto ambiental conjunto de los proyectos como que se incluya en él un análisis detallado de los efectos de estas actuaciones sobre el incremento del tráfico motorizado y las emisiones y concentraciones futuras de contaminantes.