Fallece tras 13 días de agonía el comandante herido en Irak

El comandante de la Guardia Civil Gonzalo Pérez García falleció ayer en el Hospital Central de la Defensa, en Madrid, como consecuencia del disparo en la cabeza que recibió el pasado 22 de enero en Al Hamsa (Irak). Gonzalo Pérez, de 42 años, que permanecía en "coma inducido" desde que fue repatriado a España, sufrió un brusco empeoramiento ayer por la mañana. Su fallecimiento se certificó pasadas las nueve de la noche.

El comandante tenía alojada una bala en el cerebro, por lo que los médicos consideraban que su estado era irreversible y que, caso de haber podido sobrevivir, las secuelas serían gravísimas, según personas que han seguido su evolución en los últimos días.

No obstante, debido a su fortaleza física, agregaron las mismas fuentes, su vida se ha prolongado casi dos semanas, rodeado por su familia. De hecho, superó una infección el pasado fin de semana, pero ayer por la mañana sufrió un brusco empeoramiento que llevó a la extinción de toda actividad cerebral. Aún así, la muerte clínica no se diagnosticó hasta entrada la noche, ya que todavía respiraba.

El comandante de la Guardia Civil, casado, con tres hijas y natural de Toledo, resultó herido muy grave cuando participaba en una operación contra un grupo armado en Al Hamsa, 40 kilómetros al sur de Diwaniya, principal base del contingente español.

Medio centenar de soldados españoles y unos 90 policías iraquíes rodearon la vivienda del presunto jefe del grupo, pero no encontraron nada en su interior. Las fuerzas se replegaron y el comandante de la Guardia Civil se quedó en la vivienda junto a tres policías iraquíes y un intérprete. En ese momento se acercó a la casa un vehículo con varios desconocidos, quienes fueron advertidos por una mujer de la presencia de los agentes y se dieron a la fuga. El comandante español y los policías iraquíes salieron en su persecución y, a unos dos kilómetros de la casa, cayeron en una emboscada. El vehículo en el que viajaban los agentes (una camioneta descubierta tipo Pick up) se vio envuelto en una lluvia de disparos con armas automáticas.

Una bala rompió el parabrisas y alcanzó en la frente a Pérez García, que estaba sentado en el asiento trasero y se bajó del vehículo desplomándose en el suelo. Un policía iraquí resultó alcanzado en las piernas y otros probablemente habrían muerto si los vecinos no hubieran instado a los agresores a dejar de disparar.

El enfrentamiento en el que resultó mortalmente herido el agente de la Guardia Civil fue objeto de polémica en España. El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, dijo que se trataba de una "operación antiterrorista", contra un grupo dedicado a atacar a las fuerzas de la coalición ocupante de Irak. Sin embargo, los responsables policiales iraquíes tacharon a los atacantes de salteadores de viviendas y vehículos. Fuentes gubernamentales señalaron ayer que en Irak la diferencia entre terrorismo y delincuencia es cada vez más difusa y que, en todo caso, la consideración legal de víctima del terrorismo resultará más favorable para la familia del fallecido.

El comandante, uno de los cuatro guardias civiles destinados en Irak, había llegado en noviembre como asesor de seguridad del general jefe de la Brigada Plus Ultra II, Fulgencio Coll.

Con la muerte de Gonzalo Pérez García se elevan a 11 los militares españoles fallecidos en Irak desde que, el pasado verano, España envió 1.300 efectivos.

El capitán de navío Manuel Martín Oar, muerto en el atentado contra el cuartel general de la ONU el 19 de agosto, fue la primera baja. Le siguieron el sargento del CNI José Antonio Bernal, asesinado el 9 de octubre en Bagdad; el sargento Luis Puga, fallecido accidentalmente del disparo de un compañero en Diwaniya el 26 de octubre, y los siete agentes secretos muertos en una emboscada en la carretera de Bagdad el 29 de noviembre.

Está previsto que el funeral por el comandante Pérez García se celebre este mediodía en la Dirección General de la Guardia Civil. Los Reyes expresaron ayer su pesar a la familia del fallecido.