_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La teta

José Luis Ferris

No hace mucho, hablando con un grupo de adolescentes sobre comportamientos sociales y otros asuntos éticos, salió a debate el tema del machismo y el de la doble moral. Anoche me acordé de ellos, justo después de ver desde distintos planos y en 29 pulgadas el seno derecho de Janet Jackson. La proeza tuvo lugar en mitad de la Super Bowl, el acontecimiento televisivo del año en EE UU. La aparición en escena de Justin Timberlake trajo consigo el descorche final del pecho de la cantante -cuero fuera- y el lucimiento fugaz de un pezón comprimido, oscuro y estratégicamente decorado. Pero la cuestión no es sólo ese incidente que parece haber conmocionado a los millones de telespectadores que seguían, hamburguesa en mano, la retrasmisión del evento. Lo que sorprende (o ya no) es que una teta desnuda y lánguida haya revolucionado los Estados Unidos de América, provocado sonrojos y disculpas por parte de los responsables de la emisión (MTV y CBS) y la condena rotunda de la FCC, órgano regulador de las telecomunicaciones, que calificó el desnudo parcial de grosero y deplorable.

Miren. De cien años a esta parte, las mujeres vienen reivindicando su legítimo derecho a la equiparación laboral, social y humana. Frente al patrón tradicional, decimonónico, de la mujer frágil, ornamental, dócil y estática, el siglo XX nos dejó una impagable nómina de féminas que defendieron con su vida y con su obra la idea de una mujer activa y enérgica, independiente, emancipada, integral y heterogénea (mezcla de espiritualidad y vitalidad). Pese a todo, el machismo colea hoy por hoy en casi todos los ámbitos y la prueba es que quienes hacen las leyes y diseñan el orden son hombres que se rigen, en su mayoría, por impulsos genética y socialmente sexuales; hombres que, si bien en el fondo se relamen ante el modelo tradicional de mujer-objeto, pasiva pero sugestiva y sensual, condenan cualquier agresión pública al puritanismo imperante.

Tras los atentados del 11-S, una teta (la derecha) ha bastado para alterar de nuevo los cimientos de esa sociedad americana que exporta modelos de violencia para todas las edades. Un verdadero ejemplo moral y una astracanada de libro.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_