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La Cámara de Cuentas, incapaz de aprobar sus presupuestos

Dos consejeros populares se alinean con PSOE e IU para tumbar la propuesta del presidente

La Cámara de Cuentas de la Comunidad de Madrid -organismo que se ocupa de fiscalizar la actividad económica, presupuestaria, financiera y contable del sector público madrileño- está dividida y con su capacidad de funcionamiento debilitada. Así lo manifestaron ayer fuentes de esta institución, que depende del Parlamento madrileño. Dichas fuentes señalaron que la desunión de los cuatro consejeros designados por el PP (el PSOE tiene dos e IU uno) ha impedido al organismo dotarse de presupuestos para 2004. Sólo dos de los vocales populares votaron a favor.

El pasado día 2 quedó archivado en el registro de entrada de la Asamblea de Madrid un escrito remitido por la Cámara de Cuentas en el que el presidente de esta institución, Ramón Muñoz Álvarez (PP), comunica al Parlamento regional el anteproyecto de presupuestos de la Cámara de Cuentas para el año 2004, pero le hace saber, también, a Concepción Dancausa, presidenta de la Asamblea, que este anteproyecto "no ha sido aprobado por el consejo en la reunión del 27 de enero de 2004".

Según fuentes de la Cámara de Cuentas, tanto el propio Muñoz Álvarez como su compañero de partido y vicepresidente, Carlos Salgado, votaron a favor de que este anteproyecto viera la luz. Sin embargo, los otros dos consejeros del PP, Enrique Álvarez Tolcheff y Ramón García Mena, unieron sus votos a los de los consejeros del PSOE, Ángel Luis del Castillo Gordo y Emilio García Horcajo, así como al del único consejero de IU, Andrés Sanz Mulas. Las discrepancias se basaron, según estas fuentes, en el capítulo de personal.

El anteproyecto elaborado por la secretaría general de la Cámara de Cuentas ascendía a 6.258.661 euros, pero no pudo ser aprobado.

Según las personas consultadas por EL PAÍS, la desunión en el seno de este órgano de fiscalización económica es de tal calibre que el portavoz del grupo parlamentario del PSOE, Rafael Simancas, ha mantenido dos reuniones con la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, para tratar el asunto.

Las desavenencias internas de la Cámara de Cuentas no son cosa de ahora. El nombramiento de los siete consejeros se produce en diciembre de 2000, aunque la institución no se pone en marcha hasta enero de 2001. La norma que rige la Cámara de Cuentas, la Ley 11/99, de 29 de abril, establece que sus miembros serán nombrados por un periodo de seis años y que tanto la presidencia como la vicepresidencia se ocuparán durante todo ese lapso de tiempo.

"Viene de antiguo"

Fuentes de la Cámara de Cuentas aseguran que las discrepancias entre las dos facciones de los consejeros nombrados a propuesta del PP "vienen de antiguo". Y una de éstas ha quedado plasmada también -al igual que la referente a los presupuestos de 2004- en el registro de la Asamblea. El pasado 26 de enero, cuatro consejeros de la Cámara envían un escrito a la presidenta de la Asamblea en el que denuncian el olvido cometido por el presidente de la institución fiscalizadora al no comunicar un voto particular del consejero de IU.

El texto dice así: "Según los datos obrantes en el registro general de la Cámara de Cuentas, la memoria anual del ejercicio 2003, con el informe de la cuenta general de la Comunidad de Madrid, fue remitida por el presidente de la Cámara de Cuentas a la presidenta de la Asamblea de Madrid el 30 de diciembre de 2003, a las 9.26 horas, sin esperar al voto particular, que fue presentado vía registro ese mismo día a las 9.36 horas. En el oficio de remisión no se hizo advertencia alguna de que un consejero había anunciado un voto particular, sin que hasta la fecha haya constancia en el registro del envío a la Asamblea del citado voto particular".

Según este texto, el presidente de la Cámara de Cuentas evitó conscientemente la inclusión del voto particular de IU a la memoria anual de 2003. Los cuatro consejeros que firman, dos del PP (Álvarez Tólcheff y Ramón García Mena) y los dos del PSOE, denuncian ante la presidenta de la Asamblea esta actuación del presidente Ramón Muñoz. "Sin perjucio de que pueda o no compartirse el contenido del voto particular, queremos dejar constancia de nuestro desacuerdo con la práctica de su no remisión. Es, además, la segunda vez que esta situación se produce", continúan, "También ocurrió con ocasión de un voto particular formulado por el consejero Sanz Mulas".

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