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Maragall pide en Madrid que "dejen trabajar" al Gobierno tripartito catalán

El presidente autonómico reafirma su compromiso por el diálogo entre los pueblos de España

Enric Company

Apenas rehecho de la conmoción provocada por la salida de Josep Lluís Carod del Gobierno catalán, el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, acudió ayer a Madrid a la toma de posesión de su delegado en la capital, Manuel Royes. La previsión era anunciar un plan para su tan predicado empeño de promover el diálogo entre los pueblos de España. Pero el caso Carod estaba ahí. Y como el tripartito cree que el Gobierno central y el PP no han sido ajenos a su estallido, Maragall no la obvió. "El Gobierno catalán quiere trabajar y pido que se nos deje trabajar", dijo.

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La delegación de la Generalitat en Madrid se llenó ayer hasta los topes de invitados que acudieron a oír a Maragall y conocer a Royes. Pero no hubo ninguna representación del Gobierno central y el único miembro del PP fue un catalán, Santiago Fisas, consejero de Deportes de la Comunidad de Madrid. Maragall no se anduvo por las ramas y en su breve parlamento se refirió a la tensa relación registrada desde el primer día entre su Gobierno y el de Aznar. El PSOE envió a su portavoz en el Congreso, Jesús Caldera.

"Este Gobierno quiere trabajar", dijo, "y pido que se nos deje trabajar. Porque una cosa es criticar, que es la sal de la vida, y otra no dejar trabajar, obstaculizar". Luego repitió la idea reclamando que al Gobierno tripartito catalán se le critique por lo que haga o deje de hacer "pero no se nos descalifique constantemente en base a prejuicios".

Junto a estas demandas, Maragall aportó la garantía de que el Gobierno que preside no va a entrar "en el clima bronco que otros parecen preferir". Por la sencilla razón, afirmó: "Así no vamos a ninguna parte". Pidió también que se le respete la condición de representante ordinario del Estado en Cataluña, "lo que conlleva determinadas obligaciones del Gobierno" central.

Maragall acudió a la delegación de la Generalitat acompañado por sus dos aliados en el Gobierno catalán. El puesto del dimitido Carod fue ocupado por el republicano Josep Bargalló, consejero de Enseñanza. Y con ellos estuvo también el consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, líder de Iniciativa Verds-Esquerra Unida, la tercera fuerza del Gobierno de la Generalitat.

Tras la toma de posesión de Royes y las breves palabras de despedida de su antecesor, Francesc de Paula Caminal, Maragall tomó la palabra para reafirmar "la voluntad de entendimiento y diálogo" que anima a su Gobierno y de "abrir los brazos a todos los pueblos de España".

Una de las cosas que Maragall critica a los anteriores Gobiernos de la Generalitat formados por los nacionalistas es que han estado siempre atentos al escenario político español, pero han sido pasivos y no han sabido explicar bien qué es Cataluña. A corregir esa situación pretende contribuir, explicó ayer, un plan recién adoptado por su Gobierno para dar a conocer la realidad catalana en España. Se trata de una programación de actividades que han de ser protagonizadas, según explicó, por representaciones empresariales, de las Administraciones y del ámbito intelectual y académico.

Este plan, cuyo objetivo es "superar el desconocimiento y la indiferencia", va a desarrollarse durante el periodo en el que el Gobierno de Maragall pretende plantear la reforma del Estatuto de Autonomía. Lo recordó asegurando que Cataluña "va a realizar una propuesta, no una queja, y será una propuesta que haga viable la España plural".

Aunque se trate de una empresa difícil y compleja, el presidente de la Generalitat se mostró convencido de que es posible culminarla con éxito. "Se abre una etapa constitucional", afirmó, "y si hace 25 años, en unas circunstancias más difíciles que las actuales, fuimos capaces de iniciar la apasionante aventura de la España democrática y autonómica, ¿por qué no íbamos a ser capaces de profundizarlo ahora?".

A este empeño y al de "tender puentes" entre Cataluña y el resto de España, el de pedir "reciprocidad" para que pueda llevarse a cabo su deseo de "escuchar y ser escuchados" se comprometió Maragall a dar "lo mejor" de si en los próximos años.

Pasqual Maragall, a la derecha, con Jesús Caldera, ayer en la delegación de la Generalitat de Cataluña en Madrid.
Pasqual Maragall, a la derecha, con Jesús Caldera, ayer en la delegación de la Generalitat de Cataluña en Madrid.MIGUEL GENER

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