Las radiografías diagnósticas causan 1 de cada 100 cánceres
Alrededor del 30% de las exploraciones radiológicas de tórax no están indicadas
Las radiaciones diagnósticas, que son las utilizadas en las radiografías normales y en otras técnicas de toma de imágenes como la tomografía computerizada, son la mayor fuente artificial de exposición radiológica para la población en general y contribuyen aproximadamente al 14% de la exposición anual derivada de todas las fuentes en el mundo.
Aunque las radiaciones diagnósticas proporcionan grandes beneficios, generalmente se ha venido aceptando que su uso va asociado a aumentos muy reducidos del riesgo de desarrollar cáncer. Sin embargo, un reciente estudio internacional indica que el riesgo no es tan despreciable y que las radiografías podrían ser responsables de alrededor del 1% de todos los tumores malignos.
Posiblemente los rayos X permiten curar más tumores malignos de los que pueden causar
El estudio, publicado en el último número de la revista The Lancet por investigadores británicos, ha calculado el probable aumento del riesgo de cáncer basándose en el número anual de radiaciones diagnósticas asumidas en Reino Unido y en otros 14 países desarrollados (Australia, Canadá, Croacia, República Checa, Finlandia, Alemania, Japón, Kuwait, Países Bajos, Noruega, Polonia, Suecia, Suiza y Estados Unidos). Las investigadoras Amy Berrington de González (Universidad de Oxford, Reino Unido) y Sarah Darby (Investigación Oncológica, Reino Unido) calculan, por ejemplo, que en Reino Unido aproximadamente el 0,6% del riesgo acumulado de desarrollar cáncer a los 75 años puede ser atribuible a las radiaciones diagnósticas, lo cual equivale a unos 700 casos de cáncer de los 124.000 que se registran cada año.
La proporción de casos atribuibles a la exposición a radiaciones diagnósticas en otros países industrializados para los que se disponía de datos variaba entre el 0,6 y el 1,8%, y más del 3% en Japón (el país que, según los cálculos, hace un mayor uso anual de radiaciones diagnósticas del mundo). Los cálculos referentes a Reino Unido se encontraban entre los más bajos porque la exposición era más reducida que en los demás países estudiados.
"Nuestros cálculos dependían de un número de suposiciones y, por consiguiente, están inevitablemente sometidos a una considerable incertidumbre. No se puede descartar la posibilidad de que hayamos exagerado los riesgos, pero parece improbable que los hayamos infravalorado sustancialmente", señalan las investigadoras.
Sin embargo, para hacer un justo balance sobre las radiografías hay que sopesar los riesgos y los beneficios. "Berrington de González y Darby no han evaluado las indicaciones o los beneficios que los exámenes con rayos X suponen para los pacientes. Entre los beneficios se encuentra la detección precoz de cánceres mediante exámenes radiológicos y la posibilidad de tratamiento precoz, que probablemente permite que se curen más cánceres de los que pueda causar la exposición radiológica", indican Ester Herzog y Christina Reiger, de la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich, Alemania.
Y concluyen que "el objetivo general debe ser el de evitar procedimientos radiológicos innecesarios. Es posible que hasta un 30% de las radiografías de tórax no estén indicadas; los exámenes de CT innecesarios pueden prolongar la estancia hospitalaria y causar exposición radiológica. En la práctica, quienes ordenan procedimientos radiológicos deberían sopesar cuidadosamente los beneficios y los riesgos que cada examen supone para los pacientes".
Algunos estudios han calculado que en la población sana la media de estudios radiológicos a los que se somete cada persona con fines diagnósticos a lo largo de su vida es de 6,6. Aunque el riesgo de desarrollar un cáncer radioinducido por las exploraciones es relativamente pequeño, porque las dosis de radiaciones utilizadas son muy bajas y se sitúan dentro de unos márgenes de seguridad muy amplios, los especialistas advierten sobre el uso indiscriminado y a menudo innecesario de radiografías con fines diagnósticos.
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