Montero se apea de la pugna por el Rectorado de la UPV
Cuatro candidatos tienen decidida su participación en unos comicios sin favorito claro
Manuel Montero ha resuelto la incógnita. Ha esperado hasta el último momento, ha optado por aguardar los movimientos de los demás, ha valorado sus propias posibilidades y sus cálculos le han llevado a no zambullirse en las concurridas aguas de la carrera por el Rectorado de la Universidad del País Vasco (UPV). La decisión de Montero de no intentar repetir como despeja una de las interrogantes de la pugna electoral, que se halla en plena efervescencia en los campus, despachos y decanatos. La lista de aspirantes se encuentra al completo y tan sólo queda por saber las fechas definitivas del calendario de los comicios, cuya propuesta debate hoy el Consejo de Gobierno de la UPV en una intensa sesión..
Cuatro son los candidatos ya decididos. El director de la Escuela de Ingenieros y ex viceconsejero de Universidades Javier Muniozguren; el catedrático de Biología y ex vicerrector de Euskera con Pello Salaburu Juan Ignacio Pérez Iglesias, que disputó el Rectorado a Montero hace cuatro años; la ex secretaria general de la UPV y catedrática de Económicas Marisol Esteban, que figuró en el equipo del hasta ahora rector y protagonizó una sonada ruptura con él, y el catedrático de Medicina Francisco Doñate, que representaría al sector más constitucionalista de la Universidad. Los cuatro, según las fuentes consultadas, han recabado ya los apoyos que les permitirán presentar las firmas del 10% de los 247 claustrales en el Registro General de la UPV, requisito imprescindible para poder competir por el puesto de rector.
Tres de ellos -Muniozguren, Esteban y Doñate- arrancan con el apoyo de buena parte de las parcelas de influencia universitaria a las que Montero ha recurrido hasta ahora para mantenerse en el poder -Ingenieros, Económicas y sectores de Comisiones Obreras-. El cuarto en liza, Pérez Iglesias, se encuentra, en teoría, en la mejor posición de salida. Alrededor de su candidatura, que en los pasados comicios se quedó a dos votos de la victoria, se aglutinaría la mayoría de las sensibilidades nacionalistas y de los apoyos que obtuvo cuatro años antes.
Sin embargo, esa ventaja puede ser su principal obstáculo, ya que la nitidez de sus postulados y de su filiación ideológica dificulta el acceso a otras corrientes de opinión. A ello hay que añadir la posibilidad, todavía no descartada, de que se materialice una nueva candidatura cercana a la izquierda abertzale, lo que podría restarle votos y dificultar su camino en pos del Rectorado.
El factor sorpresa
Pese a la ausencia de Montero, el elevado número de contendientes dibuja un escenario electoral de doble vuelta, en el que sólo dos de los cuatro candidatos podrán disputar el cargo en una segunda votación. Según las previsiones que manejan las fuentes consultadas, una de estas plazas sería para Pérez Iglesias y la segunda para uno de los otros tres aspirantes.
Sin embargo, y a diferencia de elecciones precedentes, el factor sorpresa puede tener un papel destacado en estas elecciones y convertir en cualquier pronóstico en pepel mojado. El grado de incertidumbre que genera el sistema de elección definido por la LOU, basado en el sufragio universal ponderado, es decir, derecho a voto de toda la comunidad universitaria pero con diferente importancia según su categoría profesional o académica, deja abierta cualquier posibilidad. De los sufragios recogidos, el valor del de los funcionarios doctores de los cuerpos docentes universitarios está fijado en el 51%, el del resto de personal docente e investigador es del 18%, el de los estudiantes del 20% y el del personal de administración y servicios del 11%.
Con este nuevo método, los candidatos deberán protagonizar una campaña similar a la de los partidos políticos, muy alejada, por tanto, de los reducidos y previsibles conciliábulos de notables con los que se ha elegido hasta ahora a los rectores de la UPV. Para ello, la propuesta que se estudiará hoy destina una partida de 5.000 euros, que deberán ser justificados, para sufragar los gastos electorales de cada uno de los aspirantes.
Si es aprobado el calendario electoral propuesto por el rector saliente, las elecciones se celebrarán el 24 de marzo, veinte días después del inicio oficial de la campaña electoral, que coincidirá en parte con la de las elecciones generales. Si fuera necesaria una segunda vuelta, el sucesor de Manuel Montero en frente de la UPV se conocería el uno de abril.
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