Un policía, detenido por supuesta implicación en un doble homicidio
El agente es padre del principal sospechoso del crimen de Collado
El principal sospechoso de haber cometido el doble homicidio de Collado Mediano el pasado 29 de diciembre, Daniel Monzón Muñoz, de 28 años, ha confesado ser el autor material de los disparos que acabaron con las vidas del constructor Ramón Luque, de 59 años, y de su hija Eva, de 27, según fuentes judiciales. Junto a él han sido detenidas otras tres personas, entre ellas su padre, Daniel Monzón Rico, de 54 años, que es agente del Cuerpo Nacional de Policía desde hace 30 años. Todos pasaron el domingo a disposición del juez de Collado Villalba.
El doble homicidio se produjo la tarde del pasado 29 de diciembre en el salón del chalé que tenía el constructor en el número 6 de la calle de Senda, en Collado Mediano. Ramón Luque, que estaba sentado en un sofá, fue hallado muerto de dos disparos en la cabeza y la frente. Su hija, que intentó huir al iniciarse el tiroteo, estaba boca abajo con al menos cuatro tiros que le alcanzaron el abdomen, el cuello, la nuca y la cabeza. La puerta de acceso al chalé no había sido forzada ni faltaba ningún objeto de valor en el interior de la vivienda, lo que en un primer momento hizo descartar el robo como móvil del doble homicidio.
El supuesto autor de los disparos cometió un error que un mes después ha permitido su detención: en la mesa del salón dejó olvidada una caja de toledanos, un dulce de almendras de estilo similar al mazapán, que es típico de Yepes (Toledo). La esposa del fallecido y su hijo fueron interrogados por los investigadores de Homicidios de la Guardia Civil y ambos señalaron que nadie de la familia había comprado esos dulces.
Los agentes empezaron a investigar los negocios que había manejado el constructor en los últimos años. Y se centraron en una de las siete empresas de las que era socio, Arme 2001, dedicada a reformas y construcciones. La pista fundamental llegó con los dulces, ya que los investigadores comprobaron qué empleados o colaboradores del fallecido tenían alguna vinculación con el municipio toledano de Yepes. Estas pistas les llevaron hasta Daniel Monzón Muñoz, que había sido empleado de Luque hasta el pasado noviembre.
Las pesquisas permitieron averiguar que el supuesto homicida intentó citarse varias veces con su ex jefe, hasta que éste accedió a recibirlo en su chalé. Pero en medio había diversas desavenencias, como una deuda reconocida que ascendía a unos 6.000 euros, además de algunas otras cantidades en dinero negro.
Durante la cita se inició una discusión y el supuesto asesino sacó una pistola del calibre 9 corto (muy poco frecuente en la actualidad, pero muy utilizada hasta la guerra civil) y disparó contra su ex jefe. La hija de éste, al oír el revuelo que se había formado en el salón, bajó a ver qué pasaba y se encontró con la dantesca escena, lo que le costó la vida.
Daniel Monzón fue detenido la tarde del jueves en el domicilio que comparte con su novia en Valdetorres del Jarama. Los agentes del instituto armado registraron la casa y hallaron una pistola y diversa munición. En principio, fuentes judiciales descartan que se trate del arma homicida. Para su comprobación, ha sido enviada a los laboratorios de balística de la Guardia Civil. A las pocas horas fue detenido su padre, en su casa del distrito de Salamanca, en la capital. Daniel Monzón Rico fue investigado por facilitar presuntamente una coartada falsa a su hijo y por haberle conseguido supuestamente el arma homicida tras adquirirla en Portugal. La familia Monzón declinó hacer declaraciones a EL PAÍS sobre ambas detenciones.
Otro arrestado fue Luis T., uno de los socios de Luque, cuya implicación parece menos probable y, según fuentes judiciales, puede quedar en libertad en las próximas horas. Por último, hay un cuarto detenido cuya relación con el doble homicidio tampoco está suficientemente clara.
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