"Mi meta siempre fue ser independiente"

Un accidente de tráfico con 17 años estuvo a punto de segar su vida. Pero sobrevió al impacto y, en un tiempo récord, invirtió el signo del pesimista panorama que dibujaban las graves secuelas del traumatismo cranoencefálico. Doce años después, Antonio de Santiago (Alicante, 1975) de profesión arquitecto técnico es el fundador y accionista de Interzam XXI, una empresa promotora-constructora que está en fase de cimentación.

Su fascinación por la arquitectura le venía impresa en sus genes; no en vano, siguió las huellas de su padre. Pero el grave percance hizo tambalear su estructura vital. Felizmente superado este paréntesis, merced a un formidable esfuerzo familiar y personal, Tono, como prefiere que le llamen, ingresó en la Universidad de Alicante, en 1995. Un año después de lo previsto: su nota de Selectividad frustró la opción de cursar arquitectura técnica. El descarte inicial le empujó a matricularse en ingeniería técnico agrícola, en el campus de Orihuela, mientras se preparaba para un segundo intento en la prueba de acceso. "Mi idea era sacar las asignaturas comunes con Arquitectura para luego poder convalidarlas y, así, no echar un año por tierra", relata. Un 7 fue la credencial que le dio pase definitivo a la diplomatura.

Cinco años después, y mientras concluía el proyecto de fin de carrera, pasó a formar parte de la plantilla de Forte, una empresa constructora especializada en la edificación de naves industriales. "Un modesto inicio para un chaval que acaba de salir de la universidad", apostilla. El primer semestre lo superó con notable y su contrato fue prorrogado seis meses más. "Consideré que había cerrado un ciclo, de forma que decidí dejar la empresa para continuar con mi formación", explica.

Ni tan siquiera un incentivo crematístico [rechazó una suculenta oferta laboral de otra firma] alteró sus planes en pos de la autonomía profesional. "Mi meta siempre fue ser independiente y, por tanto, buscaba ejercer como un profesional liberal", remacha. Invirtió un año más en perfeccionar su cualificación en nuevos sistemas informáticos. Obtuvo la especialización de perito jucial, además de conocimientos en planes y estudios de seguridad.

"El sector inmobiliario es realmente lo que me apasiona, y tenía claro que algún día levantaría mi propia empresa", comenta. Tono se afilia como autónomo, preámbulo de su carrera en solitario. Proyectos de demolición y de aperturas de locales centran sus trabajos iniciales que simultanea con colaboraciones para las firmas Gesvalt y CM.

Pero su trayectoria profesional experimentó un nuevo impulso merced a la irrupción en el sector de la construcción de un familiar, en 2003. Éste se desligó de su antiguo negocio y apostó parte de su ahorro en la aventura inmobiliaria del rampante arquitecto. Es el embrión de Interzam XXI, dedicada a la promoción y construcción de viviendas. Su hermano mayor, una prima y él mismo constituyen el animoso esqueleto laboral de la flamante firma.

El primer proyecto de envergadura, una remesa de 19 casas en L'Altet, lo ha culminado con éxito. Su próximo objetivo se sitúa en el barrio de San Gabriel, donde ha iniciado la búsqueda de terrenos.

Y todo en aras de dotar con una sólida base a su empresa y garantizar su proyecto de autonomía profesional.