Más de 15.000 titulados valencianos dan clases en centros de Baleares y Cataluña

Cuando llegaron hace años eran minoría, pero ahora son una mayoría muy visible. Miles de docentes que imparten sus clases en centros públicos de Cataluña y de las islas Baleares se formaron en los campus valencianos. Un informe elaborado por el Sindicat de Treballadors de l'Ensenyament (STEPV), basado en datos de los sindicatos y de las consejerías de Baleares y Cataluña, cifra en más de 15.000 los docentes valencianos que imparten clases allí.

Julià Reig, responsable de Política Lingüística del STEPV, asegura que de los 6.000 docentes de Baleares entre 3.000 y 4.000 son valencianos que cubren vacantes, son interinos o tienen plaza de funcionario. "Eso significa que entre un 50 y 60% de los profesores son valencianos y, en el caso de Formentera e Ibiza, el número se dispara", indica Reig.

Los docentes aseguran que las bolsas de trabajo de allí son más "dinámicas y ágiles"

En Cataluña, aunque en menor medida, los claustros docentes de los centros de las comarcas de Tarragona, fundamentalmente en Tortosa y tierras del Ebro, aglutinan un importante número de docentes valencianos. Según el STEPV unos 2.000 valencianos aprobaron la oposición y disfrutan de una plaza de funcionarios, otros 6.000 están de interinos cubriendo vacantes en primaria y secundaria, y otros 5.000 están haciendo sustituciones.

Un buen ejemplo de esta situación se vive en el instituto Sa Colomina de Eivissa en el que de los 85 docentes más de 50 son valencianos. La directora del centro Dolors Roig, nacida en la localidad castellonense de La Pobla de Tornesa, llegó hace diez años como docente a Mallorca, luego recaló en la otra isla. Esta profesora de matemáticas reconoce que uno de los motivos principales por los que se marchó fueron "las dificultades para encontrar trabajo estable de mi especialidad". Después de una década, y perfectamente arraigada en las islas, explica que el conocimiento de la lengua "facilita mucho la integración. Luego nosotros nos adaptamos a ellos y ellos a nosotros, no hay problemas", matiza.

Los profesores consultados reconocen que disponer del requisito lingüístico y un elevado nivel de conocimientos de catalán les ha colocado por delante de otros licenciados de otras comunidades en las que no se estudia esta lengua. "Los que tenemos el requisito pasamos por delante del resto de compañeros del Estado", comenta Lluís Polo Torres, nacido en Crevillent y que lleva años dando clases en el IES Andreu Nin de El Vendrell. "Muchos compañeros quieren regresar, pero la bolsa de trabajo de allí corre menos que la de Cataluña", explica este profesor que ha echado raíces y se ha casado con una catalana.

Los profesores recuerdan cómo hubo unos años en los que la Consejería de Educación no convocó oposiciones y que las bolsas se saturaron de gente. Además, según explican, el sistema de bolsa de trabajo en las islas Baleares y Cataluña es "más ágil", ya que cualquier licenciado se apunta, sin examen previo, y luego les avisan cuando hay vacantes para trabajar, sin embargo en la Comunidad Valenciana para ingresar en la bolsa de trabajo es necesario presentarse a un examen de oposición previo.

Es evidente que cuando un licenciado se marcha a trabajar a decenas de kilómetros de su lugar de origen es porque no encuentra trabajo de su especialidad. Sin embargo, en el caso de las islas, según explica el sindicalista Julià Reig, hay un potente sector turístico privado que atrae a los jóvenes que muy pronto se emplean en hoteles y complejos turísticos, y al mismo tiempo la Universidad de las islas no genera tantos docentes como se necesitan en los centros. "Allí los jóvenes que estudian piensan, mayoritariamente, buscar empleo en el sector privado y no se plantean trabajar como profesores", comenta el delegado del STEPV. Mientras en Cataluña la potencia del sector industrial invita a los jóvenes a estudiar más carreras técnicas y son pocos los licenciados que buscan empleo en los centros docentes.