La banca tradicional mantiene similares comisiones en la oficina física y la virtual
El 40% de los internautas españoles usan servicios de banca en Red - El perfil del cliente es de un profesional liberal entre 30 y 45 años y residente en zona urbana.
La sangría ha acabado. La banca nacida en la Red comienza a ser rentable, aunque por el camino ha quedado una ristra de cadáveres. Hoy son cinco los bancos que operan por la red principalmente: ING Direct, Patagon, Bancopopular-e.com, Inversis y Uno-e. En 2001 había en España ocho bancos de este tipo en Internet. Han desaparecido Evolve Bank, del grupo Lloyds; Moneyself; Fimatex, del BNP y Activo Bank, integrado en el Banc Sabadell.
La apuesta de las entidades financieras, en plena burbuja puntocom, de tener un banco en la red les ha supuesto la pérdida de cientos de millones de euros. Sólo en 2002 las pérdidas fueron de 28,7 millones de euros en la banca nacida en la Red. Quedan sin contabilizar los gastos de bancos y cajas de ahorros en su división en red. Pero la sangría parece haber llegado a su fin tras diversas operaciones de absorciones y fusiones. Patagon dice que en 2003 ganó 1,48 millones de euros; ING, 7,4 millones en el primer semestre del pasado año; bancopopular-e, el primero en entrar en beneficios, 730.000 euros.
"La banca por Internet se lanzó con el auge de las puntocom y de la burbuja tecnológica. Muchos proyectos han desaparecido. No tenían sentido. A los que quedan les cuesta consolidarse, pero también les empiezan a salir los números", dice Enric Colet, experto en e-bussiness de Esade.
Por 2000, la entidad que apostaba por Internet veía subir sus acciones bursátiles: era como una obligación, el único futuro posible. Mientras unos creaban proyectos megalómanos otros apenas movían ficha. La experiencia, una vez pasada la fiebre, se ha quedado enmedio. Ni desaparecerá la banca tradicional ni sólo existirá la banca por red. La conclusión es que Internet es un canal de distribución más, como el teléfono o el cajero.
Dos son las estrategias en la banca on-line: las comerciales -ofrecen productos tradicionales- y los supermercados financieros. La mayoría premian a sus clientes con reducciones en las comisiones por apertura y mantenimiento de cuenta o transferencia: el cliente internauta consulta frecuentemente sus cuentas, es más exigente, pero también más volátil. Cualquier oferta la tiene a un clic de ratón. En cualquier caso, todos tienen el respaldo de una gran entidad financiera. "Nadie va a sobrevivir si detrás no hay un gran banco. A la gente le gusta saber que su banco en Internet no acabará siendo un Gescartera", dice Xavier Santomá, profesor de Dirección Financiera del IESE.
Hoy, los grandes de la banca y las cajas de ahorro ofrecen servicios por cualquier vía (oficina, teléfono o Internet), la diferencia es que la Red ha dejado de ser un negocio independiente.
Más de dos millones y medio de españoles, el 40% de la población internauta, accedió en 2003 a servicios financieros en Internet. La cifra aumentó un 33% respecto a 2002, según Nielsen/NetRatings. En 2003, según La Caixa, las transacciones realizadas por Internet igualaron a las efectuadas en el cajero automático.
Algunas de las grandes entidades tradicionales cuentan con más de 7,1 millones de clientes registrados, entre empresas y particulares. El perfil del cliente internauta es de un profesional liberal entre 30 y 45 años, residente en zona urbana y que consulta frecuentemente su e-cuenta.
El Sabadell tiene un 30% de sus clientes particulares usando la Red. De los más de seis millones de clientes de Caja Madrid, el 24% usan Internet para realizar sus operaciones. De los 11 millones de clientes del BBVA, el 12,7% opera por red. Por parte de las empresas el uso de Internet es más alto. En el Sabadell, sobrepasa el 50% las compañías que operan por la red.
Superar la transacción
Colet, profesor de e-business de ESADE, considera que pese a una oferta notable de servicios, las entidades tradicionales las podrían mejorar. Se trataría de superar la pura transacción. "Los servicios pueden ir más allá de la gestión bancaria o financiera. Se trata de hacer un traje a medida, proponer alternativas que repercutan en beneficio del cliente", asegura Paco Castells, director de BBVANet.
Colet coincide: "La información debería ser más personalizada y próxima a la contabilidad doméstica del cliente; además se debería revisar la política de comisiones".
El cliente-internauta le ahorra costes al banco tradicional. No va a la oficina ni hace cola o ocupa al empleado para pedir un extracto o un bonobús. Lo hace desde su casa . Sin embargo ese ahorro de costes que produce el cliente-internauta no se repercute claramente. La banca tradicional reduce poco las comisiones al internauta, a veces por conceptos como una transferencia "fuera de plaza" o tan contradictorios como el uso de papel. "Y eso que la diferencia de costes entre el mundo físico y el virtual es abismal", dice Colet.
El SCH, principal accionista de Patagon, cobra en el banco tradicional lo mismo en el mundo físico que en el virtual. El SCH tiene 300.000 clientes registrados en su servicio en red.
Detrás del hecho de no compensar al cliente internauta por el ahorro de costes que le da a su banco se esconde el miedo por canibalizarse clientes de la oficina a Internet si rebajan las comisiones en la oficina virtual (una de las fuentes de ingresos de las entidades financieras). Susana Medrano, directora general de bancopopular-e considera que su banco no canibaliza al Banco Popular: "El objetivo es sumar clientes al grupo, que cuenta con distintas marcas. Además, nuestro perfil de cliente es distinto".
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