La UE y los nuevos socios se comprometen a reanudar el diálogo sobre la Constitución
Los 25 tratarán de alcanzar un compromiso antes del 1 de mayo, fecha de la ampliación
Los ministros de Exteriores de los 25 (los Quince más los diez candidatos) se mostraron ayer de acuerdo en Bruselas en reanudar pronto las reuniones de la Conferencia Intergubernamental (CIG) encargada de pactar una Constitución para Europa, una vez superado el trauma por el fracaso de la cumbre del pasado diciembre. Los 25 intentan ahora alcanzar compromisos concretos antes de la adhesión de los candidatos el 1 de mayo. Francia quiere "garantías" de un acuerdo antes de convocar la CIG, mientras Polonia sigue agarrándose al polémico Tratado de Niza.
Reunidos ayer por primera vez tras el bochorno de diciembre, los 25 ministros lanzaron mensajes esperanzadores y dejaron claro que, en contra del pesimismo inicial, ahora consideran "posible" que las negociaciones puedan avanzar durante este semestre de presidencia irlandesa de la UE. Brian Owen, el ministro irlandés de Exteriores, declaró que el debate con sus homólogos había sido "positivo". "Hay una cierta conciencia", añadió, "de que necesitamos resolver esa cuestión antes del 1 de mayo..., si es posible". El ministro alemán, Joschka Fischer, comentó que Alemania hará todo lo posible para que así sea.
Todas las miradas están fijadas en España y Polonia, los dos países que se opusieron al nuevo reparto de poder previsto en el proyecto del tratado constitucional elaborado por la Convención. Por eso, era ayer importante conocer las opiniones de los dos ministros. La española Ana Palacio aseguró que todo el mundo quiere "superar las discrepancias" y que el Gobierno español "está dispuesto a examinar toda opción y alternativa con ánimo constructivo". Sí pidió que no haya descalificaciones entre países en los medios de comunicación "porque todos somos europeos y europeístas".
El polaco Wlodzimierz Cimoszewicz se mostró el más duro. Como en la cumbre de diciembre. El ministro aseguró que "nadie ha puesto en duda los argumentos de Polonia", expuestos el mes pasado. "Seguimos creyendo que el sistema de voto de Niza es mejor", agregó. Tanto Polonia como España defienden el reparto de votos fijado en Niza (cada uno de ellos tiene 27 votos en el Consejo, sólo dos menos que los grandes), porque el sistema de doble mayoría previsto en el proyecto constitucional fija el peso de cada país en relación directa con su población.
El más prudente ayer fue el ministro francés, Dominique de Villepin. "Europa no puede correr el riesgo de un segundo fracaso", argumentó, por lo que la CIG sólo puede ser convocada "si hay garantía de éxito". Aunque con menor énfasis, fue ésa la idea que expresaron la gran mayoría de los ministros europeos, incluido el irlandés, que tendrá que presentar un documento a los líderes europeos para su cumbre de marzo en Bruselas.
Para determinar con detalle si el ambiente es el adecuado, los Gobiernos europeos mantendrán estas semanas múltiples contactos bilaterales bajo coordinación y supervisión irlandesa. De Villepin, según fuentes francesas, ya prepara un próximo viaje a Madrid. La visita será relevante porque una aproximación entre España, reacia al nuevo Tratado, y Francia, que se agarra con uñas y dientes al proyecto, allanaría el camino a un pacto más amplio.
El Parlamento Europeo recibió ayer con satisfacción lo ocurrido. Los alemanes Elmar Brok, conservador, y Klaus Häsnch, socialista, ambos representantes de la Eurocámara en la CIG, se felicitaron "por el clima positivo" que detectaron en la reunión de los ministros. Ambos dirigentes de los dos principales grupos parlamentarios, junto con representantes de los liberales y los Verdes, han suscrito una resolución que será aprobada el jueves en la que instan a la CIG a que concluya sus trabajos "antes del 1 de mayo", tomando como base el proyecto de la Convención.
Al margen del Gobierno, los españoles que han participado en la elaboración del primer tratado constitucional también son partidarios de reanudar pronto las negociaciones. El eurodiputado Íñigo Méndez de Vigo declaró ayer que "ya se da el clima constructivo" para ello. Los socialistas José Borrell, Carlos Carnero y Diego López Garrido insisten en que debe haber un acuerdo antes del 1 de mayo. El pacto tendrá que cerrarlo el jefe de Gobierno que sustituya a José María Aznar, quien también en ese terreno ha protagonizado serios desencuentros con el alemán Gerhard Schröder y el francés Jacques Chirac.
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