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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Empate de foros

A riesgo de simplificación, cabe concluir que se ha producido un cierto empate intelectual entre los foros de Davos, el de los instalados, y el de Bombay, el de los marginados. Ni en uno ni en otro paisaje, el de Suiza y el de India, se han concluido recetas universalmente válidas, aunque destacan los avances, en términos más de fuerza social que de propuestas innovadoras, de los asambleístas rebeldes frente a la mundialización respecto a los de los integrados en ella, aún con atisbos de mala conciencia.

Davos ha registrado con cierta solemnidad la consagración de la recuperación económica mundial, encabezada por EE UU. Aunque, en un enfoque ya habitual, no ha dejado de reconocer los peligros de una excesiva dependencia de la superpotencia y de sus puntos débiles o desequilibrios básicos, como el excesivo déficit presupuestario o la infravalorización del dólar respecto del euro y otras monedas internacionales. Y eventuales daños colaterales en otras economías, como el brusco fin de las burbujas inmobiliarias en la hipótesis de un alza de los tipos o los fenómenos crecientes en Europa de deslocalización industrial.

En el aspecto geoestratégico, la voz cantante de Washington, obsesionada por la seguridad, que propone entronizar la lucha contra la corrupción como heredera del combate antiterrorista, apenas ha recibido contrapuntos de peso. Es cierto que algunos líderes, como el iraní Mohamed Jatamí, han protestado en favor de sus procesos democratizadores, o que otros, como el paquistaní Pervez Musharraf, han subrayado que el islam admite lecturas moderadas. Pero se trata más bien de ecos que de voces, en ausencia de un factor equilibrador, como debería ser una Unión Europea a todas luces dispersa y renqueante.

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El movimiento "altermundializador" nacido en Porto Alegre, pese a la masiva participación popular y de ONG, detalla aún escasas alternativas prácticas. Así, la reiterada y justa protesta contra la sociedad dual, la persistencia de la pobreza y la insuficiencia del modelo liberal dominante, apenas ha obtenido en Bombay más concreciones que las ofrecidas por el premio Nobel Joseph Stiglitz sobre la radical oposición a la privatización de los sistemas de Seguridad Social y el aprovechamiento de la globalización en un sentido inverso al dominante, mediante una fuerte reversión de los acuerdos internacionales sobre comercio; o sobre la dramática insuficiencia del recurso agua, que provoca la muerte de 30.000 personas cada día.

No es mucho más que lo cristalizado hace ahora casi un año. Este relativo empate entre aciertos e insuficiencias entre ambos mundos y sus respectivas plataformas rituales convoca la perentoria necesidad de nuevos puentes para diseñar una casa común más próspera y menos injusta.

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