La retirada del 'scalextric' durante tres meses atascará Cuatro Caminos
El desmontaje del paso empezará el lunes
El scalextric de Cuatro Caminos tiene los días contados. El próximo lunes, el Ayuntamiento de Madrid empezará a desmontar este paso elevado que sobrevuela las cabezas de los vecinos de la glorieta de Cuatro Caminos desde 1969. Pero los vecinos ya se han encontrado con el primer problema: desde que el pasado 18 de enero el paso elevado fue cortado a los vehículos, la zona está permanentemente atascada. Y así será hasta que se termine de desmontar el paso, dentro de tres meses.
El concejal de Urbanismo, Pío García-Escudero (PP), explicó ayer que, a finales de abril, los operarios habrán terminado de desmontar las 3.700 toneladas de asfalto y cemento que forman esta plataforma. La reforma completa estará lista en febrero de 2005. Para esa fecha está prevista la inauguración de un túnel y de la plaza que quedará en la superficie.
Antes, los operarios tienen que desmontar el scalextric. La obra es compleja. Los operarios, como si fuesen cirujanos, diseccionarán el paso en 105 trozos. El primer tramo que será troceado el lunes será el último que se colocó en 1969: el tramo central. Las labores de corte se harán de día. A partir de las once de la noche, los camiones trasladarán las piezas a la planta de reciclaje de la calle de Antracita, en Legazpi. Allí, serán transformadas en gravaEl edil señaló que las obras se realizarán con las máximas medidas de seguridad y ocasionando las "mínimas molestias a los vecinos". Entre esas molestias, García-Escudero reconoció que está el atasco en el que se ha sumido toda la zona desde que el pasado 18 de enero el tráfico en el paso elevado de Cuatro Caminos quedó interrumpido. Desde ese momento, las calles que confluyen en la glorieta y las aledañas han sido casi en todo momento una trampa para las personas que han querido acceder a la zona en vehículo público o privado. "Antes de llegar a la zona se avisa al conductor con carteles de que se va a encontrar con dificultades si llega a Cuatro Caminos", se justificó el edil de Urbanismo.
Esas dificultades pasan porque calles como José Abascal y Cea Bermúdez se han convertido en un embudo a cualquier hora del día. " Siempre que hay una obra de esta magnitud en la ciudad es normal que, hasta que la gente toma nuevas rutas, que se formen algunos atascos. En dos semanas la situación se suele normalizar", explican fuentes de la Concejalía de Seguridad. La Policía Municipal ha reforzado la vigilancia en la zona.
Además de Cea Bermúdez y José Abascal, los residentes en la zona se quejan de que es imposible circular ni por Raimundo Fernández Villaverde ni por la avenida de la Reina Victoria, calles donde el Ayuntamiento ha habilitado dos carriles por sentido. El pasado miércoles, a las nueve y media de la noche, un taxi tardó más de 20 minutos en llegar desde Raimundo Fernández Villaverde, a la altura de El Corte Inglés, hasta Cuatro Caminos. En la glorieta, varios agentes de la Policía Municipal intentaban poner orden al caos de tráfico. Todo en vano. La circulación por Bravo Murillo tampoco fue mucho mejor.
El PSOE, incluso, va más allá y denuncia que el atasco que comienza en la glorieta de Cuatro Caminos se ha trasladado a gran parte de la ciudad. "Desde que comenzaron las obras hay una señalización deficiente de las mismas, no se informa de itinerarios alternativos, no se ha reforzado el transporte público y falta Policía Municipal", denunció el concejal socialista Pedro Santín.
Para facilitar el desmontaje del paso elevado, el Ayuntamiento ha instalado un enorme andamio que mide casi como un edificio de cinco pisos. Esta estructura será trasladada a derecha o a izquierda conforme vaya avanzando la obra. Los 60 operarios encargados de los trabajos diseccionarán las piezas con un sistema que nada tiene que ver con una demolición tradicional. El paso elevado será troceado con aparatos de última tecnología: tres cortadoras de suelo y tres de hilo de diamante. El coste total de la obra se eleva a 1,1 millones de euros.
Los últimos elementos que quitarán los operarios serán los estribos y las pilas, que desaparecerán en las últimas semanas de trabajo. Cada pieza será izada de noche por grúas móviles que las dejarán en camiones plataforma, que trasladarán el material a la planta de reciclaje. El concejal de Urbanismo, Pío García-Escudero, aseguró ayer que los camiones dejarán de circular en cuanto empiece la hora punta de la mañana.
Las obras de desmontaje del paso elevado de Cuatro Caminos han obligado a modificar el recorrido de seis líneas de la Empresa Municipal de Transportes (EMT). Las líneas 64, 66, 124 y 128 terminan ahora en el número 102 de la calle de Bravo Murillo, en las antiguas cocheras de la EMT. Las líneas 127 y F han cambiado la cabecera. Los autobuses de la línea 127 salen de Santa Engracia esquina a Raimundo Fernández Villaverde, y los de la línea F parten del número 95 de Bravo Murillo (esquina con Reina Victoria).
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