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Un bebé muere al caer a las vías tras ser arrastrado su cochecito por un tren del metro

Un bebé de cuatro meses murió ayer tarde en la estación de metro de Empalme (línea 5) al caer a la vía tras ser arrastrado el cochecito en el que le transportaba su madre al quedarse enganchada una chaqueta de la pequeña entre las puertas del convoy. La progenitora se disponía a salir del convoy, pero ella se quedó dentro del vagón y su hija fuera, justo en el momento en que el tren arrancó.

Según fuentes próximas a la investigación, los hechos ocurrieron al filo de las 14.20. La mujer, una ecuatoriana de unos 30 años, se disponía a apearse en la estación, pero una chaqueta de la niña que colgaba del carrito donde la transportaba se enganchó en las puertas del vagón mientras éstas se cerraban. La madre quedó en el interior del convoy pero la niña quedó fuera, enganchada al vagón por la chaqueta aprisionada por las puertas. El tren inició su marcha arrastrando consigo la sillita con la niña en su interior. Cuando el andén terminó, el carrito se precipitó hacia las vías y la niña cayó al suelo golpeándose en la cabeza.

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El sistema de seguridad del vagón donde murió la niña funcionaba, según Metro de Madrid

Un portavoz del servicio de Emergencias Madrid explicó que la niña no resultó arrollada por el convoy y que su muerte se produjo "tras recibir un fuerte impacto en la región occipital, lo que le provocó un traumatismo craneoencefálico severo". Los facultativos del Samur encontraron a la niña en "parada cardiorrespiratoria" e intentaron reanimarla durante 30 minutos, "pero sólo pudieron certificar su muerte".

Crisis nerviosa

Un equipo de psicólogos de este cuerpo sanitario atendió a la madre durante más de hora y media en la estación de Campamento, debido a una crisis nerviosa. A las dos horas del suceso el padre de la criatura se personaba en la misma estación y recibía también ayuda psicológica.

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Poco después de las cinco de la tarde, el cuerpo de la niña era rescatado de entre las vías por los servicios funerarios de la capital. Un operario del servicio, con la cara desencajada, transportó el cadáver de la niña hasta el coche fúnebre. Tras él, otro operario portaba el carrito infantil, de color azul, aparentemente sin daños en su estructura. A unos cinco metros del andén, y junto a una de las columnas que sujetan la catenaria del tren, unos guantes manchados de sangre mostraban el esfuerzo de los médicos del Samur por salvar la vida de la pequeña.

La compañía Metro de Madrid anuncio ayer la apertura de un investigación para esclarecer el accidente. Por su parte, el jefe de estación de metro de Empalme que relevó al compañero que se encontraba de servicio en la misma cuando se produjo el accidente aseguró que "la madre inició la salida del vagón cuando ya había sonado el silbato que anuncia el cierre de puertas", informa Efe. Este mismo empleado aseguró que "en toda la línea de metro", cuando se cierran las puertas y el tren arranca, el conductor no puede ver lo que está pasando en el andén.

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