El sistema de seguridad del vagón donde murió la niña funcionaba, según Metro de Madrid

La empresa Metro de Madrid ha abierto una investigación interna, paralela a la policial y judicial, sobre el accidente que ayer costó la vida a una niña de cuatro meses en la estación de Empalme. Sus primeras conclusiones señalan que los sistemas de seguridad de las puertas del vagón "funcionaban perfectamente". Sin embargo, sólo se detectan objetos de más de 25 milímetros atrapados en las puertas, por lo que la prenda de la niña debía ser más fina.

Así lo ha indicado esta mañana el consejero de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, al término del Consejo de Gobierno regional. Granados ha aprovechado esta comparecencia para transmitir, en nombre propio y del Ejecutivo madrileño, el pésame a los familiares de la pequeña, Estefanía S.U. Granados ha recordado que diariamente se producen en el Metro de Madrid "tres millones de entradas y salidas de viajeros a los vagones", pero que nunca antes había ocurrido "un incidente de la gravedad" del de ayer.

Según ha explicado el consejero, las puertas de los vagones de metro disponen de un sistema de seguridad que hace que el convoy no arranque de la estación si, al cerrarse, detectan que en medio ha quedado atrapado algún objeto de más de 25 milímetros de grosor. Este sistema, que según ha comprobado Metro funcionaba en las puertas del vagón donde se produjo el accidente, no detectó, sin embargo, que al cerrarse las puertas habían "pillado" en medio alguna prenda que colgaba del carrito de la niña y cuyo grosor debía ser demasiado fino para activar el mecanismo de seguridad. En todo caso, el consejero ha añadido que Metro continúa investigando "más en profundidad" las causas del accidente, al tiempo que se desarrolla la correspondiente investigación judicial.

El juez toma declaración a la madre

Por otra parte, fuentes de Metro han informado que la empresa no va a prohibir ni a restringir la entrada a sus instalaciones y convoyes con carritos de bebé. Las mismas fuentes han señalado que lo sucedido "fue sólo eso, un accidente" y han reiterado que "es el primero de estas características que se produce en el metro", pese a los miles de cochecitos de bebé que entran cada día en sus instalaciones. Por lo tanto, y a la espera de las conclusiones finales de las investigaciones, Metro "no restringirá ni prohibirá la entrada a los convoyes con cochecitos que transportan niños", aunque en otros medios de transporte como los autobuses de la EMT se prohíbe la entrada de estos carritos, que deben llevarse plegados.

Mientras tanto, el titular del Juzgado de Instrucción número 49 de Madrid ha comenzado esta mañana a investigar las circunstancias en que se produjo la muerte y ya ha tomado declaración a la madre de la pequeña y a un testigo del accidente. Además, el médico forense ha practicado la autopsia al cuerpo de Estefanía, que aún permanece en el Instituto Anatómico Forense a la espera de ser enterrado. El resultado de la autopsia será remitido al Juzgado encargado de la investigación.

Los hechos ocurrieron poco antes de las 2.30 horas en la estación de Metro de Empalme (línea 5), cuando la madre, que llevaba a la niña en cochecito, se disponía a salir del vagón. En ese momento se cerraron las puertas y el bebé quedó fuera y la madre dentro, debido a que una chaqueta que colgaba del cochecito se quedó en ese momento enganchada. Fuentes de la investigación policial han precisado que, según las primeras pesquisas, una chaqueta que colgaba del cochecito se quedó enganchada entre las puertas del convoy. Cuando se puso en marcha, arrastró el carrito hasta el final del andén, donde se desenganchó. La pequeña a la vía y se golpeó la cabeza, lo que le produjo un traumatismo craneoencefálico que le causó la muerte.