Qué duro es estudiar...
Como todo el mundo sabe, nos encontramos en un periodo donde todos los universitarios se disponen a afrontar los primeros exámenes del curso académico. Nervios, estrés, cansancio..., todo se une cuando la hora se va acercando.
Debido a esto, se establece un horario extraordinario en algunas bibliotecas para que los estudiantes puedan hacer uso de ellas los fines de semana.
Aquí comienza mi crítica, el campus de la Universidad de Alcalá está formado por varias facultades, en concreto cinco, si no me equivoco, más un aulario. Esto supone que somos varios miles de estudiantes los que allí cursamos nuestras carreras, y muchos, como es mi caso, recorremos un largo camino hasta llegar allí.
Ahora lanzo una pregunta: ¿creen que miles de estudiantes pueden caber en una biblioteca con menos de cuatrocientas plazas?
Bien, pues, según nuestro nuevo rector, parece ser que esto es suficiente. Hasta este año se solían abrir más de una biblioteca en el campus y aun así se llenaban.
Según nuestro estimado rector, no sale rentable abrirlas porque no se llenan al cien por cien, y yo me pregunto si eso lo ha visto él con sus propios ojos.
Llevamos dos fines de semana estudiando en una sola biblioteca que a las nueve de la mañana ya está completamente ocupada, lo cual supone que mucha gente tenga que darse la vuelta resentida y enfadada.
La verdad es que no es nada gracioso cuando vives a treinta kilómetros y el fin de semana lo quieres aprovechar para estudiar porque durante la semana trabajas para pagar, entre otras cosas, una matrícula que no es nada barata.
Según Virgilio Zapatero, nuestro nuevo y recientemente nombrado rector, es una manera de optimizar gastos; ¿optimizar gastos? ¿Tanto supone abrir una biblioteca que va a ser utilizada por cientos de estudiantes de la universidad?
Creo que para optimizar gastos se podrían buscar otros recortes que no afectasen tanto. Estamos jugando con la parte más importante de un sistema universitario, ¡los estudiantes!
Sí, esos estudiantes de los que tanto presume, esos estudiantes que estudian en la universidad que ha recibido varios premios a la mejora de la calidad de las universidades de la Comunidad de Madrid y que es Patrimonio de la Humanidad.
En fin, seguiremos firmando hojas de reclamación que no sirven para nada y llegará el fin de semana y nos pelearemos por un pupitre para hacer algo de lo que pende en gran medida nuestro futuro, estudiar. Por favor, no nos lo ponga más difícil.
