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España está en el vagón de cola de la competitividad europea

Bruselas destaca la mejora de la ocupación y el retroceso en enseñanza

En el camino que la Unión Europea se ha fijado para convertirse en 2010 en la economía más competitiva del mundo hay varios países, entre ellos España, que registran resultados "relativamente mediocres". España ha logrado un importante crecimiento del empleo, pero sigue teniendo la más alta tasa de paro, mientras que en los últimos tres años ha sufrido un retroceso en el nivel de instrucción de los jóvenes.

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Un informe alerta de la pérdida sostenida de competitividad de la economía española

Esas conclusiones se recogen en el llamado Informe de Primavera que ayer publicó la Comisión Europea, según el cual la UE no alcanza los objetivos a medio plazo fijados para lograr esa ambiciosa meta de competitividad en 2010. Los países mediterráneos (España, Italia, Portugal y Grecia) son, según el informe de la Comisión, los que registran los peores resultados en los niveles de cumplimiento de los objetivos de la llamada Agenda de Lisboa. Esa rémora es uno de los factores contribuyentes a la caída relativa de la competitividad europea en su conjunto, que está ahora un 20% por debajo de la estadounidense.

Los puntos débiles de España son, según Bruselas, que la tasa de paro sigue siendo la más elevada de la UE de 15 países (11,3% en 2002), con una tasa de desempleo femenino 10 puntos porcentuales por debajo de la media comunitaria y un exceso de contratos temporales. De hecho, uno de cada tres empleos en España (30%) es temporal, lo que duplica con creces la media europea (14%).

Esos contratos se utilizan frecuentemente más allá del objetivo legal de cubrir una necesidad temporal y tienen consecuencias negativas: desincentivan la inversión de las empresas en capital humano y, dada la inseguridad económica que generan, reducen las tasas de fertilidad. Uno de los problemas a largo plazo para las finanzas públicas es, precisamente, el envejecimiento de la población, sólo parcialmente remediado por la llegada de inmigrantes.

La Comisión subraya que en España no se han adoptado medidas significativas de reforma en el sistema público de pensiones, aunque deja constancia, en otro informe de seguimiento parcial de los objetivos económicos para el periodo 2003-2005, del acuerdo para poner al día el Pacto de Toledo, cuya meta es garantizar las pensiones. Las recomendaciones del acuerdo "están en consonancia con las propuestas 2003-05, al proponer la prolongación de la edad laboral e incrementar la tasa de empleo (especialmente la de la mujer)".

El documento sobre los objetivos de Lisboa hace notar que entre 1999 y 2003 se ha reducido en España el porcentaje de personas de entre 20 y 24 años que hayan superado como mínimo la educación secundaria superior. Es una cifra que agrava un indicador que sitúa a España entre los peores de la UE ampliada. Sólo Malta y Portugal están más rezagados. Como contrapartida, el informe más coyuntural coloca a España entre los países que están tratando de mejorar su sistema educativo, con la aprobación de la Ley de Calidad de la Enseñanza. "El pobre crecimiento de la productividad unido a los relativamente bajos niveles de formación y a la lenta transición hacia la economía basada en el conocimiento suscita preocupación sobre los resultados de la economía a largo plazo", indica Bruselas.

En España, la competitividad en el comercio minorista sigue siendo insatisfactoria por los obstáculos burocráticos que existen a la entrada de nuevos agentes en escena. La Comisión considera "probable que, a consecuencia de esta baja presión de la competencia, los precios, en particular los alimentos, hayan subido de forma notable en 2003".

Entre los factores positivos de la evolución española, además de estar entre los tres países que presentan presupuestos equilibrados, la Comisión Europea destaca el aumento considerable de la tasa de empleo (sube un 1,6% anual entre 1999 y 2002, frente al 0,6% de promedio en los Quince) y la reducción, también notable, del desempleo de larga duración. A pesar de la mejora, el porcen-taje de empleo llega sólo hasta el 58,4% de los adultos de entre 15 y 64 años, frente al 64,3% de la UE.

España es, además, el segundo país de la UE, sólo superado por Dinamarca, en rapidez en trasponer a tiempo las directivas europeas. Otros puntos positivos se refieren a cambios normativos, como el plan de desarrollo de la sociedad de la información o la adopción de una ley de sociedades de capitales que simplifica la creación de pymes, un sector crucial para la economía y el empleo nacionales dado que el 75% de las compañías españolas tiene 10 trabajadores o menos.

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