Un proyecto de Baraja
Gregorio Manzano da la alternativa a Gabi, un medio centro con visión y llegada relegado siempre en las categorías inferiores del Atlético
Gabriel Fernández Arenas (Madrid, 1983), Gabi, confiesa que está tranquilo, pero "sólo a ratos", desde que subió al primer equipo del Atlético. "Es mucha responsabilidad", comenta el medio centro tras saber que está incluido en la convocatoria de Gregorio Manzano, el entrenador, para enfrentarse hoy, en la Copa, al Sevilla.
De carácter apacible, pero fuerte, Gabi ha ido forjando su carrera desde las cunetas de los filiales. Llegó al Atlético procedente del San Nicasio, un barrio de Leganés, pero en realidad ingresó en la escuela del club, el Amorós. Después saltó al equipo cadete, dirigido entonces por el gurú rojiblanco Abraham García Aliaga. Pero se torcieron las cosas y, en vez de ascender al juvenil, en el que triunfaban Fernando Torres y Toché, por ejemplo, aterrizó en los campos de arena de la Preferente, exiliado en el Aviación, un cuadro b para aparcar a gente sin gran proyección.
Gustaba, pero siempre había otro que en ese momento deslumbraba más. "Nunca fue un De la Peña o uno de esos chicos que asombran por sus malabarismos desde pequeños", concede Abraham. Incluso cuando llegó al Atlético B se encontró con que en su puesto jugaba otra de las grandes perlas de la cantera, el internacional Sergio Torres.
Pero "jugar en el Atlético es un sueño desde niño", recita Gabi. Y, a cabezota, según sus técnicos, le ganan pocos.
El pasado verano le llamó el Madrid, empeñado en ficharlo canjeándolo por Núñez. Hace menos de un mes fueron el Arsenal y el Chelsea los que llamaron a sus puertas. Y es que Gabi "es distinto", como le define Abraham; "es un tipo peculiar, con más visión del juego y talento que Baraja, el del Valencia". Y añade: "Es muy técnico. Tiene un gran último pase y es muy generoso en el esfuerzo".
Gabi no se parece a nadie. Es él. No es muy vistoso y a veces parece que no está, pero es muy efectivo. "Le falta meter más goles", rebusca entre las pegas Roberto Simón Marina, el segundo entrenador del Atlético B y hasta hace dos semanas el técnico de Gabi; "es impecable técnicamente y le echa bastantes ganas. Está bastante hecho, aunque con los chicos siempre es una incógnita saber hasta dónde pueden llegar".
Una de las características que desde el Atlético apuntan como más definitoria de Gabi es "su madurez". Toni Muñoz, el director deportivo y el responsable de que Gabi permanezca en el club del Manzanares hasta 2007 con una cláusula de rescisión de contrato de nueve millones de euros, destaca que es "muy formal". "Se van viendo los frutos de una apuesta definitiva por la cantera", explica Toni, que concluye resumiendo las virtudes del centrocampista: "Es muy bueno".
Gabi coincide con sus técnicos a la hora de presentarse. "Tengo llegada y visión", dice antes de la obligada coletilla: "Pero me falta mucho". Sus ídolos son Redondo -"en mi puesto"- y Kiko -"porque me encantaba su manera de ver el fútbol"-. En la admiración por Kiko coincide con Torres, con quien jugó en el cadete.
Armando Ufarte, el seleccionador sub 20, que confió en Gabi para el Campeonato del Mundo de Emiratos Árabes, en el que España fue subcampeona, habla de él como de "un organizador con una buena incorporación al ataque por sorpresa".
Gabi ha jugado casi toda su carrera de medio centro ofensivo e incluso de segundo punta. "Desde luego, no es un tapón", confirma Abraham.
Sus compañeros dicen que es un tipo "majete". Toché, el delantero que fue llamado por Manzano en la pasada convocatoria, tiene algo que agradecer a Gabi: fue quien le avisó por teléfono de que se había dejado las luces de su coche encendidas por la emoción de la llamada. Y es que, como corroboró ayer el propio Gabi: "Es difícil no estar nervioso, aunque el míster té aconseje que te lo tomes con calma".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.