Un hombre de 85 años mata a su mujer en una residencia a los cinco días de la boda
El marido empleó un cuchillo que guardaba en la habitación de la pareja en Almendralejo
Juan Gil Delgado, de 85 años, terminó en la madrugada de ayer, a cuchilladas, con la vida de su mujer, Matilde Agueda Moreno, de 82 años. Se habían casado el miércoles pasado y vivían en la residencia pública Nuestra Señora de la Piedad de Almendralejo (Badajoz), donde se conocieron y empezaron una relación hace un mes. Juan había destrozado recientemente el teléfono móvil de la víctima, cuyos familiares aseguran que no la dejaba hablar a solas nunca. Matilde Agueda es la segunda mujer que muere a manos de su marido en lo que va de año.
Una trabajadora de la residencia donde vivía la pareja oyó ayer lunes de madrugada, hacia las 4.00 horas, los gritos que provenían de la habitación que compartían Juan y Matilde en este centro geriátrico dependiente de la Consejería de Bienestar Social de la Junta de Extremadura. La empleada abrió la puerta y encontró a la mujer ensangrentada sobre la cama y a Juan a su lado. El cuerpo de la víctima presentaba cinco heridas de un arma blanca que luego se encontró en la calle. Se trataba de un cuchillo propiedad del supuesto agresor, con mango de plástico y una hoja de 15 centímetros de longitud.
Juan Gil usaba aquel cuchillo en su época de carnicero profesional y lo guardaba en la habitación porque, de vez en cuando, la pareja compartía allí algunas comidas. Cuando la Policía Nacional llegó al centro para detenerle y trasladarlo a la comisaría, el supuesto no se resistió.
Los recién casados se conocieron hace unos meses en la residencia. Él era de Higuera de Varga y ella de Montijo, dos pueblos de Badajoz. Juan Gil, tras ser carnicero, en su última etapa laboral trabajó para la ONCE. Tiene dos hijos. Personas próximas al centro destacaron que tenía "un pronto muy fuerte", aunque nunca había causado problemas.
Mario García, el director de la residencia, aseguró ayer que los 54 mayores residentes y toda la plantilla del centro estaban conmocionados. La Junta envió a primeras horas de la mañana un equipo de psicólogos para atender a quien pudiera necesitarlo, mayores o empleados. García afirmó que Juan y Matilde formaban una pareja "sin problemas, con una convivencia normal" y que participaban en todos los actos que organizaba el centro. El anciano nunca había provocado altercados con sus compañeros ni con los trabajadores.
"Posesión y celos"
Sin embargo, el entorno familiar de Matilde no comparte totalmente esa opinión. Matilde Sánchez Agueda, hija de la víctima, pidió ayer que Juan fuera sometido a un examen psiquiátrico al entender que estaba "perturbado" y demostraba "un gran sentido de la posesión y muchos celos". Dentro de la residencia algunos afirman que conocían ese "carácter" del presunto agresor y sus "prontos".
Juan había destrozado recientemente el teléfono móvil de su mujer porque no quería que hablara con nadie. Según declaraciones de los familiares de la víctima , el hombre imaginaba que otro hombre entraba en la habitación de ambos. La hija de la fallecida precisó que su madre era "muy dulce en el trato con los demás y querida por todos", y aseguró que, según creen, "se casó porque este hombre la tenía cohibida, acobardada".
Matilde Sánchez Agueda aseguró también que el hombre "siempre estaba delante" cuando la familia hablaba con su madre, y le describió como una persona con "muchas rarezas y muy posesivo y celoso". "Mi madre era una persona muy humilde, que se dejaba llevar y aunque nosotros hemos pensado que era una relación en la que él llevaba la voz cantante, nunca hemos podido pensar que llegaría este fin", indicó a Efe.
En todo caso el afán de la pareja por casarse, cuando llevaban poco más de un mes de relación, sorprendió no sólo a sus familiares sino también a los compañeros del centro y a la propia dirección: "Partíamos de la base de que son dos personas que mentalmente estaban bien, y que podían decidir casarse. Les hablamos de las difucultades que entraña convivir y ellos argumentaron que lo superarían porque estaban muy ilusionados con el matrimonio. La boda se hizo en un ambiente lúdico, festivo, y a todos nos parecía una pareja fantástica, cordial", apuntó Mario Garcíadirector de la residencia.
Cuchillo en la habitación
Matilde Fernández Agueda criticó también el hecho de que el marido de su madre pudiera tener un cuchillo en la habitación, mientras Mario García, en declaraciones a la SER, aseguró que las residencias son centros totalmente abiertos: "No son cárceles, ni hospitales. Es la casa de ellos, y, si bien es cierto que normalmente se toman muchas medidas para que nadie pueda tener ningún tipo de arma que en un momento determinado resulte peligrosa, sobre todo para aquéllos que están incapacitados o presenten algún tipo de demencia, también es verdad que hay personas que se valen por sí mismas y que mentalmente están perfectamente". El director de la residencia señaló que en estos casos pueden tener algun cuchillo o utensilio similar en las habitaciones, "porque a veces compran algo de comida".
A última hora de la tarde de ayer Juan Gil Delgado permanecía en las dependencias de la Policía Nacional de Almendralejo, en espera de ser puesto a disposición judicial.
La primera noticia del crimen se conoció a través de un comunicado oficial del Gabinete de Prensa del Gobierno extremeño, del que depende esta residencia. Se trata de un centro modelo, situada en el barrio residencial de El Peri.
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