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Columna
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Campeón

Escribía Belllido que Arenas andaba triste. Otros, en su partido, sostienen que anda de malhumor. Como siempre, insidias. Nada de nada. Campeón y con mucha galanura. Ese brazo arropador, un poco desvaído sobre los hombros de Teófila Martínez no lo iguala ni el mismísimo Bogart. Arenas lo tiene claro: es el epicentro de su partido en Andalucía y es su futuro, bueno o malo, pero su futuro. No está a la sombra de Aznar, porque pronto será historia; en el entorno de Rajoy se mueve sin soltura y sonrisa forzada y como en Génova ya no toca pelo se viene a su tierra para loor y gloria de sus votantes.

Aquí perdió dos elecciones pero es inasequible al desaliento y parece ser jefe de campaña de la señora Martínez, con el peligro, ya demostrado, que a poco que se mueve y a fe que lo hace y mucho, la señora Martínez se puede convertir sólo en una señora que grita, farfulla palabras, se saca de la chistera ideas trasnochadas, porque es Arenas quien marca la pauta. ¿Se presenta el campeón o la señora Martínez? Y hasta se permite enmendarle la plana, porque, vamos a ver, si la señora Martínez se rajó ante el envite de Chaves para debatir, ¿cómo viene ahora Arenas y le dice que no? Arenas le ha dicho que tiene que saltar al ruedo, comerse crudo a Chaves y devolverle a los andaluces las ganas de vivir. Pero Teófila sigue sin coger onda, eso sí, sonríe, ríe y se carcajea antes las lindezas de su campeón. Y es que Arenas es mucho Arenas, por más que alguien le vea triste.

Quien sí pasea su triste figura como sacada de un cuadro de El Greco es Montoro y su evite a los andaluces: si votáis al Partido Popular pagamos la deuda, la mitad, porque tampoco hay que pasarse. Y Arenas, en Babia. Lo mismo que Teófila. Cristóbal Montoro va por libre y de farol. Cuando la consejera Álvarez le contestó que sí, que adelante, pero que paguen antes del 30 de enero, para no entrar en campaña, Montoro dio marcha atrás. No sé qué harán los andaluces el 14 de marzo, pero de algo estoy seguro: más vale la dignidad de todo un pueblo que los 3.000 euros, más o menos, que el PP nos quiere dar si le votamos. Esto, en mi tierra, que es Andalucía, se llama chantaje por no emplear palabras más gruesas.

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