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EL DEBATE SOBRE LAS MEDIDAS PARA FRENAR LOS ACCIDENTES DE TRÁFICO

Francia logra bajar un 20% las muertes en carretera mientras vuelven a crecer en España

La dura política represiva y los radares automáticos franceses salvan 1.510 vidas en 2003

El presidente francés, Jacques Chirac, declaró en julio de 2002 que la reducción de los accidentes de tráfico era una de las "grandes prioridades nacionales". Año y medio después, el Gobierno francés anuncia un descenso espectacular de las muertes en carretera: frente a los 7.242 fallecidos contabilizados en 2002, el año pasado se ha saldado con 5.732 muertos, un 20,8% menos. O lo que es lo mismo, 1.510 vidas salvadas en 12 meses, en un país de 60 millones de habitantes, cuyo parque de automóviles se eleva a 30 millones. Las últimas cifras disponibles en España apuntan en cambio a un repunte de las muertes en carretera: tras tres años de ligeros descensos, el pasado acabó con seis muertos más.

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El magnífico descenso de los fallecimientos en accidente de tráfico en Francia se debe esencialmente a la aplicación de una dura política represiva, que tiende a hacer creíble el sistema de sanciones. Los controles son ahora mas severos y el automatismo en la imposición de multas ha llegado al cénit con la implantación de los radares automáticos.

Estos instrumentos fotografían a todo el que pasa por un punto determinado a mayor velocidad de la permitida. El margen técnico de error se ha reducido a cinco kilómetros sobre lo autorizado.

Los aparatos se encuentran conectados a un sistema informático que tramita expeditivamente la multa al dueño del vehículo y éste tiene que pagarla (90 euros, que suben a 135 a los tres días y 375 a los treinta) o bien denunciar al chófer infractor. Las penas por homicidios involuntarios en carretera también son más severas.

Carteles de aviso

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La localización de los radares se avisa con carteles al borde de las carreteras y se publica en varios sitios de Internet, de donde los reproducen los periódicos cada dos por tres. Se trata de una inteligente campaña de comunicación, que no necesita de grandes gastos en publicidad catastrofista, cuyo fin es concienciar al ciudadano de que un Gran Hermano le vigila por su bien. En los primeros días de puesta en servicio del radar en el túnel de La Defense (una de las entradas a París) se produjo tal atasco de multas que la velocidad permitida se ha elevado en 20 kilómetros por hora.

Tan importante como la represión es el tratamiento informativo de los accidentes de carretera. Los autores de hechos graves son sistemáticamente tratados de "asesinos de la carretera" en televisiones y periódicos. Los medios hablan de "violencia en las carreteras" para describir lo que antes eran "accidentes" y los telediarios colocan entre sus noticias destacadas los atropellos mortales de peatones o los camiones que se empotran contra vehículos particulares.

Después de tratarles de este modo, el primer ministro francés agradeció ayer a los franceses su "cambio de comportamiento" al volante y valoró el acercamiento de su país al civismo automovilístico del norte de Europa, separándose de países tan peligrosos en materia de seguridad vial -en proporción a su población- como España y Portugal.

Francia era uno de los peores alumnos de Europa en materia de tráfico, con un récord de 16.617 muertos alcanzado en 1972. La obligatoriedad del cinturón de seguridad y la limitación de velocidad (90 kilómetros por hora en carretera, 130 en autopista) rebajaron progresivamente esa cifra, que todavía estaba en 8.000 fallecidos en el año 2001. A partir de ahí vino la reacción de Chirac y los resultados de 2003, basados en el control de la velocidad más que en la tasa de alcoholemia, que permanece inalterable (0,5) en un país que produce (y consume) mucho vino.

La cruz de este sistema es su contribución a la caída de ventas en el mercado francés del automóvil nuevo (6% menos el año pasado), que no mejorará mucho este año al haber aumentado en tres céntimos la tasa estatal sobre el gasóleo, el combustible utilizado por el 40% del parque automovilístico francés.

En España acaba de entrar en vigor la reforma de la Ley de Tráfico, que endurece las sanciones, hasta el punto de revocar el permiso de conducir si se comenten tres faltas muy graves en el periodo de dos años, a no ser que se realice un curso de reciclaje en cuyo caso sólo se suspende la licencia durante un año.

Los resultados de este cambio legal se verán en un futuro próximo, pero de momento las últimas cifras de la Dirección General de Tráfico no dan para mucho optimismo. Tras tres años de ligeros descensos, los fallecidos en carretera en 2003 (los datos de Francia incluyen también a los muertos en zonas urbanas) volvieron a subir: hubo 4.032 víctimas mortales, seis más que un año antes. Eso sí, la operación especial de Navidad acabó con 195 fallecidos en carreteras españolas, nueve menos que la pasada, un descenso del 4,4%.

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