Maragall busca el consenso para elegir al director de la radio televisión catalana
Jaume Ferrús y Joan Majó son los nombres sometidos al Consejo de Administración
Pasqual Maragall imprimió su particular sello para capear una situación envenenada que le enfretentaba a sus dos socios de Gobierno: Esquerra e Iniciativa. El presidente de la Generalitat se reunió, en un gesto sin precedentes, con los integrantes del Consejo de Administración de la Corporación Catalana de Radio y Televisión (CCRTV) con el fin de buscar el máximo consenso posible para la designación del nuevo director general del ente público. Y sugirió dos nombres: los de Jaume Ferrús y Joan Majó.
La CCRTV fue reunida de urgencia en la tarde de ayer. Era el postre tras un almuerzo de socios que se anticipaba tormentoso. Maragall, acompañado por el conseller en cap, Josep Lluís Carod; el responsable de Relaciones Institucionales, Joan Saura, y el consejero portavoz, Joaquim Nadal, se sentaron a la mesa en la Casa dels Canonges con el indigesto objetivo de buscar una salida al nombramiento del futuro director de la radio y televisión públicas catalanas.
El nombre de Jaume Ferrús, que fue director de TV-3 durante las mayorías absolutas pujolistas de la década de 1980, era y es el preferido de Maragall. Pero, en cambio, ni los socios republicanos ni los ecosocialistas lo ven con buenos ojos. Todo hacía prever que la primera crisis del tripartito llegaría en breve. Iniciativa per Catalunya (ICV-EUiA) había dado a conocer su oposición a Ferrús, un hombre no bien visto por Esquerra Republicana y que había sido criticado duramente por los sindicatos.
Cuando el nombramiento parecía inminente siguiendo los peores guiones de la imposición -democrática, eso sí-, Maragall hizo gala de su personal manera de actuar. Siempre arriesgada, fallida en algunas ocasiones y con buenos resultados en otras. El caso es que convocó de urgencia al Consejo de Administración de la la Corporación Catalana de Radio y Televisión, y en un gesto sin precedentes para un presidente de la Generalitat se reunió con ellos durante dos horas.
El presidente catalán pidió a los miembros del Consejo de Administración que elaboren un dictamen sobre el futuro director general, que Maragall desea que tenga perfil de gestor. La última palabra la tendrá el presidente de la Generalitat. Con ello Maragall quiso poner en marcha la resolución del Parlament de diciembre de 1999, que insta al diálogo para designar al nuevo director general.
Primero, el presidente autonómico pidió disculpas a los integrantes del consejo por no haber establecido todavía un diálogo con ellos. Luego puso sobre la mesa el perfil del nuevo director general que deseaba: alguien con perfil de gestor.
El perfil del candidato deseado por Maragall responde a la figura de Jaume Ferrús, sin duda. Pero ayer el presidente de la Generalitat no quiso cerrar puertas, así que puso también sobre la mesa el nombre de Joan Majó, ex ministro de Industria bajo los Gobiernos socialistas. Y no se paró ahí. Hubo quien le preguntó por otro candidato: el periodista Joaquim Maria Puyal. Maragall insistió en el perfil de gestor. Sobre la mesa circularon de nuevo los nombres de Josep Miquel Abad y Rosa Cullell, ejecutivos ambos de Planeta y Edicions 62, respectivamente. Tanto Abad como Cullell, sin embargo, han reiterado que no tienen interés por el cargo de director general.
En cualquier caso, el énfasis mayor de Maragall fue para Ferrús y Majó, sobre todo para el primero. Pero el Consejo de Administración es el que debe decidir. Hoy volverá a reunirse y, sin prisas pero sin pausas, debe decidirse por un nombre. No es una determinación vinculante, pues el presidente de la Generalitat tiene la última palabra. No obstante, sería una especie de viaje a ninguna parte que Pasqual Maragall optara -con todo el derecho que le asiste con la ley en la mano- por un candidato distinto al propuesto por el Consejo de Administración de la CCRTV.
"Deriva partidista"
Ayer el presidente de la Generalitat se expresó con franqueza, a juicio de diversos asistentes. Reconoció las discrepancias con Iniciativa per Catalunya Verds y Esquerra Republicana y agregó que el hombre de su preferencia no era del agrado de sus socios gubernamentales. Pero, en todo caso, dejó en manos del consejo una delicada tarea. Fue todo un ejemplo de riesgo o de hacer de la necesidad virtud, ante el desacuerdo con sus socios.
Al tiempo, Maragall desbordó a sus contrincantes políticos de Convergència i Unió. En previsión de una marejada vaticinada por profetas de calamidades -que auguraban la primera crisis del tripartito por el veto público de ICV a Ferrús, a quien consideran exponente de una época de "deriva partidista"-, CiU denunciaba la falta de diálogo que el tripartito había seguido hasta el día de ayer con la primera fuerza de la oposición.
Probablemente, esta misma semana quede despejada la incógnita sobre quién será el futuro director general, al menos por parte del Consejo de Administración. Ayer mismo, la asamblea de informativos de TV-3, convocada por el comité profesional, se expresó en términos duros contra Ferrús, que fue uno de los fundadores de TV-3, director de Canal Satélite Digital, Cablevisión y ahora directivo de Mediapro.
Todo este cúmulo de circunstancias hacen prever que Majó será el candidato propuesto por el Consejo de Administración de la CCRTV.
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