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Dos altos cargos dejan el Consorcio de Aguas vizcaíno tras el cambio en su presidencia

El Consorcio de Aguas vizcaíno ha visto ya sus primeros cambios drásticos tras el cambio en su presidencia. El nuevo titular, el concejal peneuvista bilbaíno Ibon Areso, ha prescindido del gerente, Javier Olivares. A su vez, el máximo responsable de la filial Udal Sareak también ha abandonado su cargo. El nuevo presidente ha encargado un plan estratégico de la entidad y que se estudie el sistema actual de representación, dos antiguas exigencias de los partidos de la oposición y de los trabajadores de la propia entidad.

Areso, primer teniente de alcalde de Bilbao, accedió a la presidencia del Consorcio en octubre en sustitución de Iñaki Etxebarria, su máximo responsable los cuatro años anteriores mientras era concejal bilbaíno, también por el PNV. Su gestión ha sido la más polémica en la historia de una entidad que maneja ya un presupuesto anual de casi 100 millones de euros y gestiona todo el saneamiento y abastecimiento de agua de 53 municipios vizcaínos que suman un millón de habitantes.

Durante el mandato de Etxebarria se produjo una primera polémica porque durante un año compatibilzó su sueldo como concejal de Hacienda con el de presidente de la entidad de aguas, al que renunció cuando se hizo público este hecho. Tras sucederse varias denuncias por enchufismo y desvío de fondos, el Tribunal Vasco de Cuentas confirmó, en 2002, que se habían desviado más de 115 millones de euros del Plan de Saneamiento.El tribunal también constató la ilegalidad de los negocios en Uruguay y Argentina y certificó la adjudicación de contratos sin informes.

Areso aseguró tras tomar posesión que no iba a realizar grandes cambios en el equipo directivo. Sin embargo, en apenas dos meses se han registrado movimientos significativos. El primero en salir de la entidad fue Jon Loidi, hijo de un ex edil peneuvista en Bilbao y de la actual presidenta del Tribunal de Cuentas, que era director gerente de la controvertida filial Udal Sareak. Esta sociedad, creada en 1999 para ofrecer servicios a los ayuntamientos, también fue censurada por el Tribunal de Cuentas al señalar que actuaba como mero intermediario y subontrataba todos los encargos. "Se fue antes de que lo echaran", señalan fuentes de la entidad, que agregan que Loidi quería montar un negocio con Iñaki Etxebarria, operación que se frustró porque "en el PNV no lo veían bien. Era muy descarado".

El anterior presidente no se ha visto recompensado con otro cargo, como suele suceder en estos casos, y trabaja ahora con un familiar. Sin embargo, tras las municipales de mayo y dejar de ser concejal en Bilbao, se dio de alta en la Seguridad Social a cargo del Consorcio y ha estado cobrando de la entidad hasta el pasado octubre, cuando fue sustituido por Areso.

El apoyo de Zarraoa

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En su partido pocos dudan de la mala gestión de Etxebarria, aunque en la última asamblea del Consorcio, el alcalde de Getxo, el también peneuvista Iñaki Zarraoa, intervino para defender su labor y asegurar que con la entrada de Areso "no ha habido un gran cambio". Añadió que la gestión de Etxebarria "fue sobresaliente", ante el asombro de varios de los presentes.

El nuevo presidente apenas mantuvo dos semanas en el cargo a su número dos, el gerente Javier Olivares, "a quien en el PNV le habían dicho que seguiría en el Consorcio", señalan las mismas fuentes. Sin embargo, Areso ha hecho valer su criterio, máxime cuando él ha reconocido desde el principio que el PNV le forzó a aceptar un cargo que no es plato de su "apetencia".

Olivares ha pasado a otro cargo relevante al frente de la sociedad foral Interbiak, que gestiona el peaje de la A-8 y se encargará de la construcción de la Supersur, la gran autovía de circunvalación a Bilbao que costará más de 1.100 millones de euros.

Desde noviembre, la gerencia de la entidad de aguas se encuentra desierta, aunque se espera contar con el nuevo responsable antes de un mes. Areso necesita un gerente, puesto que el Consorcio ha variado de estrategia después de 13 años para que la presidencia pierda su actual poder ejecutivo. Volverá a adoptarse el esquema que funcionó hasta 1990 con un presidente más honorífico y la gestión bajo la responsabilidad del gerente.

Areso ha encargado además la elaboración del Plan Estratégico de la entidad a uno de sus directores, Daniel Fernández, desposeído de competencias durante el mandato de Etxebarria.

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