Los valses de Sisí llegan a Madrid

Nada más terminar hoy la función de El fantasma de la ópera en el teatro Lope de Vega los operarios de la productora Da capo tienen que ponerse manos a la obra. En horas deben montar unas gradas en el escenario que den cobijo a 54 músicos de la Orquesta Internacional Johann Strauss, mejorar la acústica y construir un piso en el que dancen 10 bailarines. Un gran esfuerzo para una sola representación de Johann Strauss-Concierto de gala, que se celebra mañana y en la que se tocarán las piezas más conocidas del hijo, con la soprano Kristina Dávid y el Ballet Austriaco K&K.

La gala, dirigida por el austriaco Georg Kugi, está en la línea del Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena y, por ello, cuenta con la coreografía de Gerlinde Dill, coreógrafa del recital entre 1974 y 1995. "Es una fiesta de la música de Strauss. Hay polcas, valses... Es un evento que se celebra desde hace cuatro años en Alemania, Suiza y Austria con tanto éxito que se repite cada año variando el vestuario y alguna pieza. Por ejemplo, en Múnich estaban programadas dos galas y hubo cinco", cuenta desde Budapest la productora venezolana María Baumann. El prestigioso diario alemán Frankfurter Allgemeine afirmó que la gala es "tan hermosa que deja sin aliento, precisa y bien ejecutada".

El espectáculo se celebra desde hace cuatro años en Suiza, Alemania y Austria

"Es un espectáculo para toda la familia y con un precio razonable, unos 50 euros", argumenta la promotora. En Barcelona actuarán el martes y el jueves en el Auditori, con mayor capacidad que el Lope de Vega. En Madrid no ha sucedido lo mismo que en la Ciudad Condal, donde la fiebre de valses se ha disparado con un desfile de orquestas extranjeras que para la ocasión han adoptado el apellido Strauss desde principios de diciembre y hasta este jueves.

Johann Strauss-Concierto de gala recuerda los escenarios de las películas de Sisí emperatriz con unos trajes originales del Concierto de Año Nuevo de Viena cada año realizados por un diseñador novel. En crear este ambiente idílico se esfuerza también su director, Georg Kugi, que ha estado al frente de las orquestas sinfónicas de San Petersburgo y de Hungría, y la Filarmónica de Toronto.

"Por su parte, la soprano húngara Krisztina Dávid comenzó de bailarina antes de debutar como cantante en la Ópera de Budapest y participa en la opereta televisada en Hungría de fin de año.

Gerlinde Dill, la coreógrafa, comenzó siendo bailarina en la Ópera de Viena y, además de crear la coreografía durante 21 años del Concierto de Año Nuevo, fue la directora de los ballets de Viena y Graz.

"Tenemos nueve producciones de gira por Europa y queremos que empiecen a llegar a España una opereta de Mozart, el Ave María, de Verdi; Nabuco, una gala de Strauss con orquesta de cámara...", explica Baumann. "Nuestro sueño es venir dos temporadas al año y viajar también al norte y al sur de España", añade.

Los Strauss fueron toda una familia de músicos vieneses y varios de ellos se dedicaron a la composición de música de danza. Johann padre (1804-1849) fue autodidacto y perteneció a la orquesta Lanner antes de fundar su propia compañía para la cual escribió muchos valses, marchas y popurrís. Además, desempeñó el cargo de director de los bailes de la corte y efectuó muchas giras por Europa.

Su hijo Johann (1825-1899), el rey del vals, tuvo su propia orquesta y es el autor de las obras de gran popularidad como El Danubio Azul, Sangre vienesa o Vida de artista. Ninguna de ellas se tocará en el concierto, de dos tiempos de 50 minutos, en el que se escuchará, entre otros, El vals del emperador, Con truenos y relámpagos y La marcha Radetzky. A partir de 1863, el compositor se consagró enteramente a las operetas y a este género pertenece El murciélago, del que en la gala se interpretan tres piezas.