Hallado muerto en un barranco de Valencia un camionero desaparecido

El trabajo de los bomberos cerró ayer la búsqueda de Jesús Jiménez González, el madrileño de 28 años cuya familia denunció el pasado 8 de diciembre su desaparición y cuyo camión fue encontrado por un guarda forestal en la mañana del jueves en el fondo de un barranco de Chelva (Valencia), a 200 kilómetros de la ruta que debía haber realizado. Pero la investigación no ha despejado ninguna de las incógnitas del caso. Y las primeras observaciones sobre el cuerpo del joven, tampoco. Se encontraba aplastado entre los hierros de la cabina, vestido, entero, sólo con evidencias de necrosis en la cara, sin síntomas aparentes de violencia. Sus efectos personales, a pocos metros. Lo que sí certificó la policía fue que en la cisterna del camión, en la que Jesús Jiménez transportaba 22.000 litros de aceite lubricante, no queda ni una gota. Eso, unido a que ni en el barranco ni en el angosto e intransitable camino para un camión de esas características haya mancha alguna, apunta hacia el robo de la carga. De ser así, según fuentes del instituto armado, se hizo trasvasando el aceite a otro camión de forma cuidada.

Hipótesis del robo

Esa hipótesis está en sintonía con la información que la familia de Jesús Jiménez aportó días después de la denuncia. La madre del camionero explicó que su hijo había contado días antes de salir de viaje que un ciudadano que podía proceder de un país del este de Europa había merodeado por el camión y le había preguntado detalles sobre la carga y las ruta.

Se da la circunstancia de que el aceite lubricante, que según fuentes de la Guardia Civil tendría aplicaciones en maquinaria industrial, es un derivado del petróleo de muy alto precio en países como Rumanía, la República Checa, Ucrania, Rusia o los países de la ex Yugoslavia, apuntan. Fuentes de la Comandancia de Valencia indicaron que aunque no tienen constancia "de que un camionero haya sido víctima de un robo así, lo cierto es que entra dentro de lo posible, es una hipótesis solvente".

La autopsia precisará cuánto tiempo lleva muerto y cuándo llegó al barranco, aunque algunos vecinos que transitan por la zona han afirmado haber visto el camión desde hace una semana. Ese dato coincide con el estado de conservación de las huellas de las ruedas del mismo por el camino y con el estado del cuerpo, al que ha ayudado a conservarse las bajas temperaturas de la zona.

Los bomberos encontraron al levantar la cabina efectos personales de Jiménez: su documentación, llaves de su casa, tarjetas de crédito, ropa de trabajo y el teléfono móvil.

Salió de Madrid sobre las 7.00 del 8 de diciembre al volante del camión cisterna de la empresa Benquerencia con el que trabajaba con destino a Zaragoza, Tarragona y Barcelona. A mediodía envió un mensaje desde su teléfono móvil al de su novia. Y a partir de ahí se le pierde la pista.

Un amigo le llamó la noche de aquel día pero no logró hablar con él, alguien descolgó y se cortó la comunicación. La familia denunció la desaparición el 9 de diciembre. La casualidad quiso que el jueves por la mañana un guarda forestal alertara a la Guardia Civil de Llíria de la presencia del camión en el fondo del barranco conocido como Cuesta de Tiñoso. Para llegar al borde del barranco, es necesario salirse de la carretera de Chelva y transitar por una pista de tierra y piedras. Según la Guardia Civil, el acceso debió hacerse de noche por alguien que conocía lo escondido de la zona y la profundidad del barranco.