Un incendio causa dos muertes en un geriátrico
Una colilla mal apagada incendió una habitación de una residencia de Calella
Una colilla mal apagada fue el origen del incendio que se declaró la madrugada de ayer en una residencia geriátrica de Calella (Barcelona) en el que fallecieron José Antonio Lebrón, de 76 años, y Mariano Contreras, de 73. El fuego se originó sobre las 2.15 horas en la habitación que los dos fallecidos compartían, la 312, en el ala este de la residencia La Maresme, situada en el kilómetro 1,5 de la carretera a Ortsavinyà, en el término municipal de esta localidad costera.
Según explicaron los responsables del centro, uno de los hombres habría encendido un cigarro, pese a que está prohibido fumar en las habitaciones, pero se quedó dormido antes de apagarlo.
La colilla prendió fuego en la cama y se extendió por la habitación, que quedó prácticamente destrozada. El sistema de seguridad de la residencia -la habitación disponía de una cámara de vigilancia- se activó de inmediato y hasta el centro se dirigieron varias dotaciones del cuerpo de bomberos, de los Mossos d'Esquadra y de la Policía Local de Calella y Pineda de Mar.
El fuego pudo ser sofocado antes de que se extendiera por el resto de las habitaciones, pero demasiado tarde para salvarle la vida a José Antonio, que murió a consecuencia de las quemaduras y la inhalación de humo.
Su compañero, Mariano, con quemaduras en el 75% de su cuerpo, tuvo que ser ingresado de urgencia en el cercano Hospital de Sant Jaume de Calella. Posteriormente fue trasladado a la Unidad de Quemados del hospital Vall d'Hebron, en Barcelona, donde también falleció poco antes de las doce del mediodía de ayer, según fuentes del hospital.
Los demás ancianos de la planta, unos 25, fueron evacuados como medida de prevención. Dos de ellos, así como un agente de la Policía Autonómica que participaba en las tareas de extinción tuvieron que ser también ingresados en el Hospital de Sant Jaume de Calella heridos de levedad. Los tres fueron dados de alta pocas horas después.
La rápida extinción de las llamas evitó que los otros 142 residentes tuvieran que ser también evacuados.
Residencia privada
La Maresme, residencia geriátrica privada creada en 1979, colabora con la Generalitat con la que tiene concertadas 50 de las 144 plazas de servicio de residencia asistida y 25 en servicio de hogar de residencia.
La consellera de Bienestar y Familia, Anna Simó, también se interesó por el estado de los ancianos durante su visita al centro, ayer por la mañana.
Simó confirmó que la residencia disponía de los permisos y cumplía con todas las normativas de seguridad que rigen el funcionamiento de este tipo de centros, y atribuyó el siniestro a una "imprudencia". "En ningún caso se ha debido a una negligencia por parte de la residencia", afirmó la consellera.
Por su parte, los responsables de La Maresme insistieron en la dificultad de hacer entender a los ancianos la prohibición de fumar en las habitaciones. "Tenemos una sala para fumadores, pero por mucho que les digamos que fumar fuera de ella es peligroso, hay muchos que no nos hacen caso", explicó el administrador del centro, Jordi Torrell.
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