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Aznar llora en San Sebastián al despedirse de los concejales vascos

Aznar lloró ayer en San Sebastián. Fue nada más tomar la palabra en la tradicional cena que el PP de Guipúzcoa celebra tras la Navidad. Dijo: "De algunos sitios me puedo despedir, pero de aquí no". Al presidente del Gobierno le tembló la voz, tuvo que sacar el pañuelo y tardó un buen rato en recuperarse, pero en cuanto lo hizo se empleó a fondo en lo que parece ser la principal línea de ataque del PP en la próxima campaña electoral. "Los españoles", dijo, "tendrán que elegir el 14 de marzo entre proseguir el camino de estabilidad y prosperidad o apostar por el riesgo, la incertidumbre y la aventura".

A partir de ahí, el discurso de José María Aznar insistió una y otra vez en las plagas que azotarán España si ganan los socialistas: "No hay ninguna razón para que algunos quieran poner patas arriba el edificio institucional de España y quieran apostar por la inestabilidad de nuestro país, desmantelar el Estado y quebrar la cohesión de España iniciando aventuras de secesión o separatismo".

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El presidente del Gobierno dijo que si los españoles optan por algo distinto al PP pagarán un precio "muy grave y alto", se recortará la creación de empleo y se perderá el prestigio internacional.

Antes de Aznar había hablado la presidenta del PP de Guipúzcoa, María San Gil, quien recordó que ayer se cumplía el sexto aniversario del asesinato en Zarautz del concejal popular José Ignacio Iruretagoyena y agradeció al presidente que, tras su mandato, los concejales vascos "ya no sientan tanto en el cogote el aliento de los asesinos de ETA". En el acto, al que también asistieron como invitados la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el de la Generalitad de Valencia, Francisco Camps, María San Gil se dirigió así al presidente: "Quiero que sepas que gracias a tu determinación democrática la vida cotidiana de muchísimos vascos, sus quehaceres más cotidianos, son mucho más fáciles". Aznar recogió el guante para devolverle el agradecimiento por su valentía y para pronosticar: "No falta mucho para que los asesinos sean derrotados".

José María Aznar, ayer, se enjuga las lágrimas durante una cena con militantes en San Sebastián.
José María Aznar, ayer, se enjuga las lágrimas durante una cena con militantes en San Sebastián.REUTERS

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