"Los conductores temerarios no pueden tolerarse y seremos muy contundentes con ellos"

Montserrat Tura (Mollet, 1954) explica que ha pasado de gobernar una superficie de 10 kilómetros cuadrados como alcaldesa de ese municipio a mandar sobre los 32.100 kilómetros que ocupa Cataluña. A su mando tiene casi 8.000 mossos d'esquadra, que serán 12.000 dentro de unos cuatro años, además de más de 3.000 bomberos. En los primeros días de su mandato ha tenido algún detalle que los funcionarios agradecen, como pasar la Nochebuena con agentes de los Mossos en el Empordà y unas horas de la Nochevieja con los miembros de los servicios de emergencias de la Generalitat. Además, ha ratificado al máximo responsable de la policía autonómica, Joan Unió, y ha promocionado a otros dos altos cargos.

"La seguridad pública es un concepto fundamental del Estado de bienestar"

Pregunta. Tan mal no lo debieron de hacer estos altos cargos si los mantiene o los promociona, ¿no?

Respuesta. Éste es un departamento en el que ha habido cambios radicales, empezando por la consejera y por el secretario general, que es una persona que no proviene de la casa ni de ningún campo policial. Hemos hecho una apuesta muy decidida porque creemos que seguridad, convivencia, lenguaje y espacio público están cada vez más ligados. Joan Delort ha aplicado unos modelos organizativos muy buenos en el Servicio Catalán de Tráfico, pero además tiene una gran experiencia en el campo de las policías locales y de su coordinación con los Mossos d'Esquadra. De ahí su nombramiento como secretario general de Seguridad Pública.

Su sustituto en Tráfico, Rafael Olmos, es el teórico que le hacía muchas de esas propuestas y Joan Unió es el máximo responsable de los Mossos d'Esquadra y, como tal, no creo que deba ser un cargo de libre designación política. Por el contrario, todos los otros directores generales y altos cargos, cambian y cambiarán.

P. ¿Cómo se plasmará el cambio en este departamento?

R. En varias cosas. Una es que seamos capaces de transmitir que la seguridad es un juego entre deberes y derechos de los ciudadanos. Éste es un mensaje fundamental que llevaremos hasta las últimas consecuencias y para ello pediremos a la sociedad que colabore estrechamente. Entendemos la seguridad pública como uno de los elementos fundamentales sin los cuales no es posible el Estado de bienestar. Sirve de poco que funcione bien la sanidad o la enseñanza si el ciudadano va por la calle y no se le garantiza la seguridad pública. Esto forma parte de un cambio cultural muy importante.

P. Y de un cambio de discurso de la izquierda.

R. Sí, pero fíjense en que desde la izquierda podemos decir con toda rotundidad que, en la cuestión de la seguridad viaria, la Administración tiene la obligación de tener las carreteras en perfectas condiciones. Y hemos de eliminar los puntos negros donde se producen más accidentes. De acuerdo. Pero desde el Gobierno catalán hay que recordar a los ciudadanos que no se pueden vulnerar los límites de seguridad, ni adelantar con la línea continua, ni conducir de manera temeraria o no llevar cadenas cuando se han de llevar. Quinientas sesenta y dos muertes en la carretera en el último año en Cataluña es una cifra terrible. ¡No puede ser! Me estremece pensar cómo han quedado esas familias y cómo vivirán el resto de sus vidas las personas que han quedado tetrapléjicas por culpa de la carretera.

P. Frente a esta realidad, ¿qué se puede hacer que no se haya hecho ya?

R. Hay que cambiar el discurso y explicarlo muy bien a los responsables políticos, pero sin olvidar las sanciones. Cuando se empezaron a hacer controles de alcoholemia a la gente le molestaban, pero al final la ciudadanía se ha acostumbrado y creo que existe mucha conciencia sobre esto. Ahora no queremos conductores temerarios. Seremos muy contundentes con ellos y es necesario que, aparte de las sanciones, en la Ley de Seguridad Viaria se establezca el carnet por puntos. Y que el conductor imprudente sepa que si no cambia se le retirará.

P. ¿Qué piensa cambiar para afrontar mejor situaciones de riesgo como las nevadas o los incendios?

R. Un país moderno se caracteriza por tener unos servicios de emergencia eficaces. Los Mossos y los bomberos responden muy bien cuando son necesarios, pero no está bien organizada la previsión del riesgo, ni los indicadores de calidad para aprovechar más este personal. Nuestros expertos deben indicar a los de otros departamentos dónde está el riesgo, que deben limpiarse los ríos o los bosques. Contra los elementos no se puede luchar y segurirá nevando y lloviendo, porque somos un país mediterráneo, pero lo que yo quiero es más prevención y que estemos más preparados para cuando se produzcan esas situaciones de riesgo.