El socialista Àngel Ros sustituye a Siurana en la alcaldía de Lleida

El Ayuntamiento de Lleida vivió ayer un jornada histórica con la investidura del socialista Àngel Ros, de 51 años, como nuevo alcalde de la ciudad en sustitución de Antoni Siurana, quien tras 22 años en el cargo presentó su renuncia para ser consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca. Ros, licenciado en Ciencias Físicas y doctor en Informática, fue elegido alcalde con 16 votos, los 10 de su grupo y los 6 de ICV y ERC, sus socios en el equipo de gobierno.

Convergència i Unió y el Partido Popular votaron a sus respectivos candidatos en las últimas municipales.

Con Ros, que ha ejercido los últimos siete meses como teniente de alcalde del área de Economía, se abre una nueva etapa en el consistorio leridano, porque encarna la renovación del sector municipalista de su partido y un nuevo estilo de gobernar, aspectos que han destacado sus socios de gobierno. La baja de Siurana, que ayer asistió al pleno sentado entre el público, ha sido cubierta por Pilar Castillo, concejal en los dos últimos mandatos. Siurana confesó que siente nostalgia de su etapa como alcalde y orgullo por haber contribuido a la modernidad de la ciudad de Lleida.

Una vez jurado el cargo, tomaron la palabra los portavoces de todos los grupos municipales. Francesc Pané, de ICV, felicitó al nuevo alcalde y dijo que la llegada de Ros significa una renovación de estilos en el consistorio y la oportunidad de profundizar en la democracia para hacer una ciudad "más acogedora, más bella y más limpia". Los ecosocialistas llevan ya ocho años en el gobierno municipal, primero solo con el PSC y desde hace tres meses también con ERC. Pané pidió a Ros que dé prioridad a los aspectos sociales, como la vivienda, la educación y la sostenibilidad.

El portavoz republicano, Xavier Sáez, subrayó que la marcha de Siurana marca un hito en la nueva etapa del Ayuntamiento, que comenzó hace tres meses, cuando su grupo aceptó incorporarse al gobierno tripartito. Sáez destacó el perfil de persona trabajadora y dialogante de Ros, pero le advirtió que su voto favorable en la investidura no le impedirá en el futuro mantener independencia de criterio y de opinión en determinadas cuestiones programáticas de su grupo.

De los dos grupos de la oposición, el más crítico fue CiU. Su portavoz, Isidre Gavín, que fue abucheado en algún momento, definió la elección de Ros como "la continuidad de un proyecto político agotado" en una ciudad que recibe una herencia complicada, un fuerte endeudamiento y muchos proyectos paralizados.

Por su parte, Àngel Ros aseguró que asume la alcaldía como un reto y con la ilusión de continuar la tarea iniciada por su predecesor, y rechazó las críticas de Gavín referidas a la delicada situación financiera del consistorio.