Un campus para el ciudadano
La reforma del complejo de la UPV en Leioa, que comienza este año, recupera espacio ocupado por coches
La reforma del campus de Leioa de la Universidad del País Vasco (UPV) comenzará a ponerse en marcha a finales de este mes, después de que concluya un año largo de revisión del proyecto que ganó en 2002 el estudio de arquitectura AH&H Asociados. Entonces, comenzarán las obras de un proyecto presupuestado en 15 millones de euros, que devolverá la escala humana a un conjunto de edificios que bien se puede calificar de inhóspito.
La principal novedad que presenta el proyecto definitivo es el traslado del aparcamiento desde la ubicación prevista en los extremos del campus a la zona trasera, al otro lado de la carretera que une Leioa con Unbe. Este cambio se ha propuesto como forma de unión del campus con el que será el futuro parque científico promovido por la Diputación de Vizcaya.
El traslado del aparcamiento llega gracias a la reforma más importante en este proyecto: la demolición de la plataforma que permite recuperar el plano del suelo en la cota cero, el nivel de acceso a las facultades de Medicina, Ciencias y Bellas Artes. Ese espacio desagradable en el que ahora aparcan los coches pasará a conformarse como un lugar diáfano, peatonal y que servirá también para situar el edificio de la biblioteca como la referencia que merece ser, a partir de un tratamiento luminoso de su fachada.
Esta planta recuperada dejará de ser un sotano oscuro. En ella se reubicarán todos los espacios de servicios generales de cada facultad y del campus (auditorio, salas de conferencias y de exposiciones) así como los servicios académicos de la universidad. Y ya en las zonas altas, se mantendrán los espacios docentes propios.
Todos los elementos de este nuevo campus tienen como hilo conductor el ofrecer una nueva imagen a la sociedad de un lugar que en estos 25 años ha permanecido de espaldas al mundo. Así, el espacio público se recupera como lugar de encuentro y no sólo de tránsito de vehículos rodados, al desaparecer la circulación de automóviles. El nuevo protagonista, el peatón, se encontrará con unos edificios que se recubrirán de una denominada cortina de color, un gran muro de vidrios coloreados que identificarán a cada facultad dentro de la unidad del campus.
Este nuevo espacio diáfano en que se convierte Leioa tendrá también una vinculación más estrecha con el medio natural en el que está inserto. El usuario del campus transitará desde una plaza hundida hasta por paseos que se adentran en la campiña, y además, se crearán nuevos recorridos en ladera que enlazarán con el lago, el futuro parque botánico y el parque científico.
En principio, está previsto que el anteproyecto general se presente en los próximos dos meses. Después de Semana Santa, se hará público el proyecto de la primera fase, con 4,5 millones de euros de presupuesto, que permitirá actuar como catalizador, ya que comprende el derribo de parte de la plataforma. Si se cumplen los plazos previstos, las obras terminarán durante el curso 2005-2006.
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