El Ayuntamiento prometió una nueva ubicación para los dos templos evangélicos que hoy quiere demoler

La Junta Municipal de Carabanchel tiene previsto demoler hoy, a las 8.00, las dos casetas prefabricadas de la Iglesia Evangélica de Filadelfia, asentadas en el parque del Alto de San Isidro, desde 1992. Los evangélicos han expresado su desacuerdo con esta medida y han anunciado que harán una manifestación en los dos templos minutos antes de que se haga efectiva la orden municipal de derribo.

"La demolición es un acto de clara discriminación hacia el colectivo gitano y protestante, que contrasta con el trato de favor hacia la Iglesia católica", aseguró Mariano Blázquez, representante legal de la Federación Española de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEDERE).

La FEDERE protesta porque el Ayuntamiento prometió, en una carta firmada el 12 de junio de 1995 por el entonces concejal del distrito, Manuel Martínez Blanco, ofrecer un lugar definitivo a la iglesia y le autorizó ocupar como sede provisional el mismo sitio que será demolido. En la comunicación, Martínez Blanco se comprometía a buscar un nuevo lugar para que los evangélicos "puedan continuar con la labor que vienen realizando con un importante número de familias gitanas".

Pero el actual concejal de Carabanchel, Carlos Izquierdo (PP), señaló hace una semana que "las dos casetas están en zona verde de forma ilegal y deben ser desalojadas. Si sus ocupantes no se van de allí, la policía actuará en consecuencia".

Blázquez replica que la orden de demolición se realiza en virtud de un auto judicial "que no es firme" y sin que se haya cumplido el requisito para los templos evangélicos, que obliga a que se les prive del carácter religioso. Las dos sedes de la iglesia se levantan sobre dos barracones, en los que se reúnen semanalmente unos 400 fieles, mayoritariamente de la etnia gitana. "Trabajamos en proyectos para que este colectivo salga de la marginación, pero ahora pretenden acabar con la labor social", dijo.