Los demócratas de EE UU critican a Dean por censurar su pasado político

El ex gobernador de Vermont Howard Dean tiene una ventaja prácticamente inalcanzable en la carrera que lleva a la nominación demócrata para enfrentarse a George W. Bush en noviembre. Casi a la desesperada, sus rivales le atacan con los ojos puestos en la primera prueba de selección, el caucus de Iowa, que determinará dentro de dos semanas si alguno de ellos hace sombra a Dean. El dilema que tiene que resolver el Partido Demócrata es saber si Howard Dean, además de ser el candidato más apoyado por el partido y buena parte de la opinión pública -46% de apoyo frente al 51% de Bush- es capaz de construir una imagen presidenciable.

En el debate celebrado el domingo por la noche en Iowa -y al que no acudieron dos de los aspirantes cuyas posibilidades son escasas, el ex general Wesley Clark y el activista negro Al Sharpton-, Dean recibió fuertes críticas del senador Joe Lieberman por una de sus decisiones más llamativas: el cierre al escrutinio público del historial de sus 11 años de gobernador.

Una pluma para firmar

Lieberman le ofreció una pluma para que firmara un documento que permita la apertura de los archivos, pero Dean dijo que tomó la decisión para proteger la intimidad de personas que aparecen en esos documentos y que un juez revisaría el historial para hacer público lo que considerara oportuno. "Una respuesta decepcionante e insatisfactoria", según Lieberman, que cree que con su decisión, Dean no está en condiciones de criticar el secretismo del Gobierno de Bush.

El senador John Kerry criticó las declaraciones de Dean sobre Irak y Sadam Husein y dijo que "hay serias dudas sobre su capacidad de hacer que los norteamericanos se sientan más seguros". Dean mantuvo su condena de Bush y reiteró que EE UU no tiene más seguridad después de la captura del ex dictador iraquí: "Desde entonces han muerto otros 23 soldados y ahora tenemos que escoltar a los aviones comerciales con cazas de combate". Para Dean, Sadam Husein ha supuesto una "distracción" en la lucha contra el terrorismo y Osama Bin Laden. "Lo que necesitamos es un demócrata que sepa enfrentarse a Bush", dijo, además de invitar a sus compañeros a firmar un pacto de apoyo al vencedor de las primarias, lo que todos aceptaron. Dean se mostró seguro y tranquilo, sin dejarse llevar por un carácter colérico que a veces le ha costado caro, y supo defenderse con la gran acusación que les hace a sus rivales de haberse adaptado a las prioridades internacionales y de seguridad de George Bush. "Yo fui el único que se atrevió a decir cosas impopulares", dijo, con razón.

La línea de crítica elegida por el único rival serio de Dean en Iowa, el congresista Dick Gephardt, fue la del supuesto apoyo del entonces gobernador de Vermont, en 1995, a una propuesta republicana de recorte de gastos de Medicare, el programa de cobertura médica para personas mayores. Dean dijo que era "una tontería" pensar que un médico como él iba a recortar Medicare, pero ante una cita literal leída por Gephardt prefirió no intervenir de nuevo.