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El juez deja libre al dueño del garaje donde los etarras guardaron bombas

El fiscal, que pidió la prisión para Josu Oiaga, recurrirá la decisión

El juez de la Audiencia Nacional Guillermo Ruiz Polanco dejó ayer en libertad sin fianza, aunque con la obligación de comparecer los días 1 y 15 de cada mes en el juzgado más próximo a su domicilio, a Josu Oiaga, la persona que prestó el garaje donde los presuntos etarras Garikoitz Arruarte y Gorka Loran guardaron los 50 kilos de dinamita Titadyne que pretendían hacer estallar en Nochebuena en el tren intercity San Sebastián-Madrid.

El magistrado adoptó su decisión a pesar del criterio contrario del fiscal Ignacio Gordillo quien solicitó la prisión provisional incondicional para Josu Oiaga, como presunto autor de un delito de colaboración con banda armada. El fiscal considera que Oiaga prestó el garaje en el que estuvo guardado el explosivo con pleno conocimiento de que Garikoitz Arruarte era miembro de ETA y que su utilización servía a los fines de la banda terrorista, por lo que anunció que recurrirá la decisión del magistrado.

Previamente, Josu Oiaga, compareció en la Audiencia Nacional acompañado por su abogada, Ainhoa Baglietto, defensora habitual de presos de ETA. La letrada había presentado el viernes, día 2, un escrito de Oiaga en el que anunciaba su disposición a presentarse ante el juez para defender su inocencia.

Ayer, ante el juez Ruiz Polanco, Oiaga sostuvo que no es miembro de ETA ni colaborador de la banda terrorista. Agregó que conoce tanto a Gorka Loran como a Garikoitz Arruarte, pero que únicamente éste último es de su misma cuadrilla, en la localidad guipuzcoana de Hernani.

Regalos navideños

Oiaga narró que el pasado 17 de diciembre Garikoitz Arruarte le dijo que había comprado algunos regalos de Navidad para su familia y que no tenía sitio adecuado para guardarlos, por lo que le pidió permiso para dejarlos en su garaje. Oiaga le dejó entonces las llaves de uno de los dos garajes que tiene su padre, en concreto uno en el que él guarda su coche y, según afirmó, no sabe qué es lo que guardó Arruarte.

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Lo único que sabe, añadió, es que Arruarte pasó a recoger los supuestos regalos y le devolvió las llaves el día de Nochebuena por lo que se despreocupó del asunto.

Asegura que no vio los paquetes porque no fue por el garaje entre los días 17 y 24 de diciembre y además no tuvo que usar su coche en esas fechas.

Declaró que fue su padre quien le dijo que estaba en busca y captura en relación con la detención de Arruarte y Loran y él le respondió que no tenía nada que ocultar e incluso señaló que en la cuadrilla habían mostrado su sorpresa por las detenciones, puesto que consideraban que no estaban metidos en nada.

Oiaga, natural de Hernani (Guipúzcoa), según su declaración, es profesor de educación infantil y pelotari de segunda categoría.

Contradicción

La versión ofrecida por Oiaga al juez no coincide en lo sustancial con la declaración prestada ante la policía por los dos etarras presos. Según Arruarte y Loran, ingresaron en ETA en marzo de 2000, después de haber aceptado colaborar con la banda terrorista tras contestar a una carta que les envió la organización.

En julio de ese mismo año mantuvieron una cita con Ainhoa García Montero, Laia, a la que han identificado fotográficamente, y con otros liberados en el monte Adarra, cerca de Andoain (Guipúzcoa).

Después perdieron el contacto con la banda hasta octubre de este año, en el que recibieron un cursillo de 45 minutos sobre manejo de explosivos en las proximidades del monte Aralar (Navarra). Tras ese cursillo, varios liberados de la organización a los que no identificaron les entregaron los explosivos. Según su declaración policial -ambos se negaron a declarar ante el juez Ruiz Polanco- los explosivos, entre los que se encontraban los 50 kilos de Titadyne que iban a ser utilizados en la bomba del intercity, fueron guardados en el garaje de Josu Oiaga desde octubre hasta diciembre de 2003.

Esa declaración motivó que Ruiz Polanco decretase la busca y captura de Oiaga, aunque ahora ha creído la versión de éste y ha optado por la libertad sin fianza contra el criterio del fiscal.

Miembros de los TEDAX, tras desactivar un artefacto en Samper de Calanda (Teruel) el pasado 26 de diciembre.
Miembros de los TEDAX, tras desactivar un artefacto en Samper de Calanda (Teruel) el pasado 26 de diciembre.EFE

Conducta sospechosa

La conducta de Josu Oiaga, desde que se enteró de que estaba siendo buscado por el juez Guillermo Ruiz Polanco hasta que ha comparecido a su presencia, ha sido calificada de "cuando menos sospechosa", por miembros de los Cuerpos de Seguridad que siguen la investigación.

Tras las declaraciones de los etarras Gorka Loran y Garikoitz Arruarte que implicaban a Oiaga en la ocultación de los explosivos del grupo y a Anne Biurrarena, a la que atribuían haberles prestado un Opel Frontera para trasladarlos, la conducta de ambos ha sido bien diferente.

Biurrarena se presentó al juez de inmediato y con un abogado que no pertenece al entorno etarra. Oiaga ha esperado a ver qué decisión tomaba el juez con Biurrarena, ha puesto condiciones a su comparecencia y ha acudido asistido por una abogada defensora habitual de etarras. El juez no ha hecho diferencias y les ha dejado libres a los dos.

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