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Columna
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Año Nuevo, ¿vida nueva?

Estrenamos año y, con él, la tonta lista de propósitos de Año Nuevo. Confieso que ya tenía la mía. Un clásico: bajar de peso, mejorar alguna lengua y portarme mejor con Ibarretxe, pero he recibido un correo electrónico que ha cambiado mi vida. El muy maldito comienza dando por hecho algo que es verdad, que creemos saberlo todo. "¿Todo?, confieso que no sé nada?", decimos humildemente confiando que se entienda que estamos haciendo un guiño socrático para que comprendan que sabemos la tira. Pero entonces el correo de las narices te larga una lista de hechos que te demuestran lo equivocado que estabas. He de reconocer que no tenía ni idea de que las mariposas sintieran el gusto por los pies aunque supiera que es muy humano que suceda lo contrario, o sea que el hombre sienta el gusto por las mariposas. Desconocía igualmente que se pudiera hacer subir una vaca por las escaleras, pero que resultara imposible hacer que las baje, lo que me ha dado una pista acerca de por qué se inventaron los ascensores. Tampoco sabía que los caracoles pudieran dormir tres años, incidencia que me ha hecho pensar inmediatamente en el plan del lehendakari. Así que he tachado todos mis propósitos y este año sólo voy a dedicarme al saber.

Pero como no me quiero quedar solo me gustaría saber cuáles han sido los propósitos de la gente que me rodea, por ejemplo, de Ibarretxe. Modesto como es seguro que también desea aprender mucho, pero ha anunciado una lista de propósitos para el 2004 que no sé si le va a dejar. En su discurso de fin de año apostó por la paz, el diálogo y la convivencia. ¿La paz? Con una ETA en las últimas que no admite que el plan del lehendakari sirva para traer la paz, la única forma que tiene Juan José de aspirar a ella consiste en dejar que ETA siga su propio destino, es decir que se hunda debido al acoso policial y legal, al desprecio en que le tiene no sólo la gente de bien, sino muchos de los que antes le jaleaban, y a sus propias contradicciones ideológicas y operativas. Pero abandonarle a su destino pasa por admitir que el brazo político de ETA también es ETA puesto que hay sentencias que lo prueban, lo que se debe traducir en acatar dichas sentencias y mandar a los batasunos a donde les corresponde. Abogar por la paz supone asimismo colaborar sin reticencias en el acoso a la banda poniendo en ello todos los medios y efectivos de que dispone el Gobierno vasco, así como toda la información con la que el PNV como partido cuenta. Si no hace nada de esto quedará en ridículo intentando atribuirse el logro de una derrota de ETA que está siendo obra de otros.

Sentimos mucho que Otegi esté dolido -"es doloroso que Ibarretxe no haya tenido en cuenta el último comunicado de ETA"-, pero a él le toca decidir con quién quiere mejorar el diálogo porque parece claro que Ibarretxe sólo podía estar pensando en él cuando habló de diálogo. El único diálogo que a Ibarretxe le interesa pasa por que se le diga amén al Plan y eso sólo puede ocurrir entre nacionalistas. De modo que Otegi sabrá si prefiere hundirse con ETA o salir a flote renunciando a ella. En cuanto a los demás, ya sabemos que nos espera un 2004 donde el mantra del diálogo se va a repetir hasta la náusea. Hombre, no es descartable que según cómo vayan las generales Ibarretxe dialogue con el PSE. Si eso ocurre sólo cabe rezar para que los alemanes de Mallorca nos hagan un hueco, perdón, para que el soberanismo no le coma a López la tostada. En cuanto a la convivencia, lo único que nos falta para mejorarla es que desaparezcan ETA y sus cachorros. Se vive bastante bien incluso aunque se tengan que oír muchas tonterías. Lo preocupante sería que el lehendakari creyera que dialogar y convivir consiste en que no se puede discrepar. Las ideas no son respetables, sólo hay que respetar a las personas. No hay peor sociedad que aquella en la que reina el pensamiento único que a veces se llama Plan. Vivir soñando en una sociedad sin contradicciones es hacer lo del avestruz, bicho que por lo que dice el maldito emilio que recibí, tiene el ojo más grande que el cerebro.

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